jueves, 28 de mayo de 2020

Subida al monte Carmelo I. Capítulo 12. El dominio de los apetitos.


Capítulo 12. En que se trata como se responde a otra pregunta, declarando cuáles sean los apetitos que bastan para causar en el alma los daños dichos.
1. Queda dado a entender cómo se llama noche la mortificación de ellos, y cuanto convenga entrar en esta noche para ir a Dios.
2a. Lo primero si basta cualquier apetito para obrar y causar los dos males ya dichos, es a saber, privativo, que es privar el alma de la gracia de Dios, y el positivo, que es acusar en ella los cinco daños principales que habemos  dicho.
2b. Si basta cualquier apetito a causar todos estos daños (cinco daños) juntos, o solamente unos causan unos y otros otros, como unos causan tormento, otros cansancio, otros tiniebla, etc.
3a. Cuanto a daño privativo, que es privar al alma de Dios, solamente los apetitos voluntarios que son de materia [Fil. En la filosofía escolástica, realidad primera que, en su unión con la forma, constituye la esencia de todo cuerpo. rae.es]. de pecado mortal pueden y hacen totalmente, porque ellos privan en esta vida al alma de la gracia y en la otra de la gloria, que es poseer a Dios.
3b. A lo segundo digo que, así estos que son de materia de pecado mortal como los voluntarios de pecado mortal y los que son de materia de imperfección, cada uno de ellos basta para causar en el alma todos estos daños positivos juntos.
3b. Los apetitos de pecado mortal causan total ceguera, tormento e inmundicia y flaqueza, etc.
3c. Los de materia venial o imperfección no causan estos males en total y consumado grado, pues no privan de la gracia, de donde depende la posesión de ellos, porque la muerte de ella es vida de ellos.
3d. Pero cáusanlos (sic) en el alma remisamente [remitir: dejar, diferir, suspender, rae.es].
3e. De manera que aquel apetito que más entibiare la gracia, más abundante tormento, ceguera y suciedad causara.
5a. Así como un acto de virtud produce en el alma y cría juntamente suavidad, paz, consuelo, luz, limpieza y fortaleza, así un apetito desordenado causa tormento, fatiga, cansancio, ceguera y flaqueza.
5b. Todas las virtudes crecen en el ejercicio de una, y todos los vicios crecen en el de uno y los deja de ellos en el alma.
5c. Ap 10, 9: Me acerqué al ángel y le pedí que me diera el librito. El me dice: “Toma y devóralo; te amargará en el vientre, pero en su boca será dulce como la miel”.
5d. Lo cual se da muy bien a entender por aquel libro que mandó el ángel comer a san Juan en el Apocalipsis, el cual en la boca le hizo dulzura y en el vientre le fue amargor.
5e. Porque el apetito, cuando se ejecuta, es dulce y parece bueno, pero después se siente su amargo afecto.
6a. De los demás apetitos naturales que no son voluntarios, y de los pensamientos que no pasan de los primeros movimientos, y de otras tentaciones no consentidas no trato aquí, porque éstos ningún mal de los dichos causan al alma.
6b. Porque aunque a la persona por quien pasan le haga parecer la pasión y turbación antes la causan los provechos contrarios.
6c. En tanto que los resiste, gana fortaleza, pureza, luz y consuelo y muchos bienes.
6d. 2 Cor 12, 9: La virtud se perfecciona en la flaqueza.
6e. Mas los voluntarios, todos los dichos y más males hacen.
6f. Y por eso el principal cuidado que tienen los maestros espirituales es mortificar luego a los discípulos de cualquier apetito, haciéndoles quedar en vacío de lo que apetecían por librarles de tanta miseria.

jueves, 21 de mayo de 2020

Subida al monte Cármelo I. Capitulo 11. Libres de apegos. Libres para que Dios nos ame.

Capítulo 11. En que se prueba ser necesario para llegar a la divina unión carecer el alma de todos los apetitos, por mínimos que sean.
1. Parece que ha mucho que el lector desea preguntar que si es de fuerza que, para llegar a este alto estado de perfección, ha de haber precedido mortificación total en todos los apetitos?
2a. A esto respondo: no todos los apetitos son tan perjudiciales como otros, ni embarazan el alma cuando no son consentidos, ni pasan los primeros movimientos todos aquellos en que la voluntad racional antes ni después tuvo parte.
2c. Porque quitar estos, que es mortificarlos del todo, en esta vida es imposible, y estos no impiden de manera que no se pueda llegar a la divina unión.
2d. Pero todos los demás apetitos voluntarios se han de vaciar y de todos el alma de carecer para venir a esta total unión, por mínimos que sean.
2e. La razón es porque el estado de esta divina unión consiste en tener el alma, según la voluntad, con tal transformación en la voluntad de Dios, en todo y por todo su movimiento sea voluntad solamente de Dios.
3a. Para venir el alma a unirse con Dios perfectamente por amor y voluntad, ha de carecer primero de todo apetito de voluntad.
3b. Prov 24, 16: El justo caerá siete veces al día y se levantará.
4a. Estas imperfecciones habituales son: costumbre de hablar mucho, un asimientillo [adhesión, apego o afecto, rae.es] a alguna cosa que nunca acaba de querer vencer, así como a personas, a vestido, a libro, celda, tal manera de comida y otras conversacioncillas y gustillos en querer gustar de las cosas, saber y oír, y otras semejantes.
4b. Cualquiera de estas imperfecciones es tanto daño para poder crecer e ir adelante en virtud.
4c. Si cayese cada día en otras muchas imperfecciones y pecados veniales sueltos no le impedirían tanto cuanto el tener el alma asimiento a alguna cosa.
4d. En tanto que le tuviere, excusado es que pueda ir el alma adelante en perfección.
4f. Es lástima ver algunas almas como unas ricas naos cargadas de riquezas, y obras, y ejercicios espirituales, y virtudes, y mercedes que Dios las hace, y por no tener ánimo para acabar con algún gustillo, o asimiento, o afición [inclinación o atracción que se siente hacia un objeto o actividad que gustan, rae.es] nunca van adelante, ni llegan al puerto de la perfección, que no estaba en más quebrar aquel hilo de asimiento.
5. Harto [mucho o abundante, rae.es] es dolerse [compadecerse el mal que alguien padece, rae.es] que haya Dios hécholes quebrar otros cordeles más gruesos y por no desasirse de una niñería que les dijo Dios que venciesen por amor de él, que no es más que un hijo dejen de ir a tanto bien.
5b. Es que no solamente no van adelante, sino que, por aquel asimiento, vuelven atrás, perdiendo lo que en tanto tiempo con tanto trabajo han caminado y ganado.
5c. En este camino, el no ir adelante es volver atrás, y el no ir ganando es ir perdiendo.
5f. Mt 12, 30: El que no es conmigo es contra mí: y el que conmigo no allega derrama.
5g. El que no tiene cuidado de remediar el vaso por un pequeño resquicio que tenga basta para que venga a derramar todo el licor que está dentro.
5h. Eclesiástico 19, 1: El que desprecia las cosas pequeñas, poco a poco irá cayendo.
5i. Eclesiástico 11, 34: De una centella se aumenta el fuego.
5j. Una imperfección basta para traer otra, y aquella otras.
5k. Muchas personas a quien Dios hacía merced de llevar muy adelante en gran desasimiento y libertad, y por comenzar a tomar un asimientillo de afición de conversación y amistad, írseles por allí vaciando el espíritu y gusto de Dios y santa soledad, caer de la alegría y entereza en los ejercicios espirituales y no parar hasta perderlo todo.
5l. No atajaron aquel principio de gusto y apetito sensitivo, guardándose en soledad para Dios.
6a. En este camino siempre se ha de caminar para llegar, lo cual es ir siempre quitando quereres, no sustentándolos.
6b. No se transformará el alma en Dios por una imperfección que tenga.
6c. En la noche de la fe, el alma no tiene más de una voluntad, y está, si se embaraza y emplea en algo no queda libre, sola y pura, como se requieren para la divina transformación.
6a. Dios habiéndolas él sacado del mundo, y muertoles los gigantes de sus pecados, y acabando la multitud de enemigos ellos todavía traban amistad y alianza con la gente menuda de imperfecciones.
7b. Enojado nuestro Señor, les deja ir cayendo en sus apetitos de peor en peor.
8a. Josué 6, 21: Consagraron al exterminio todo lo que había dentro: hombres y mujeres, muchachos y ancianos, vaca, ovejas y burros; todo lo pasaron a cuchillo.
8b. Le mandó Dios que en la ciudad de Jericó destruyese cuanto en ella había, que no dejase en ella viva, desde el hombre hasta la mujer.
8c. 1 Cor 29-31: Lo que os digo, hermanos, es que el tiempo es breve; lo que resta y conviene es que los que tienen mujeres, sean como si no las tuviesen; y los que lloran por las cosas de este mundo, como si no llorasen, y los que huelgan, como si no holgasen; y los que compran, como si no poseyesen; y los que usan de este mundo, como si no usasen.

miércoles, 20 de mayo de 2020

Subida al monte Carmelo 10. El deseo desenfrenado mata la persona.


Capítulo 10. en que trata cómo los apetitos entibian y enflaquecen al alma en la virtud.
1a.Lo quinto que dañan los apetitos al alma es que la entibian y enflaquecen para que no tenga fuerza para seguir la virtud y perseverar en ella.
1b. Si el apetito de la voluntad se derrama en otra cosa fuera de la virtud, ha de quedar más flaco para la virtud.
1c. El Alma que tiene la voluntad repartida en menudencias es como el agua que, teniendo por donde derramar hacia abajo, no crece para arriba, y así no es de provecho.
1d. Gen 49, 4: Derramado estás como el agua; no crezcas.
1e. El patriarca Jacob comparó a su hijo Rubén al agua derramada, porque en cierto pecado había dado rienda a sus apetitos.
1f. Porque estás derramado según los apetitos como el agua, no crecerás en virtud.
1g. El alma no recogida en un solo apetito de Dios, pierde el valor y vigor en la virtud.
2a. Mt 24, 19: ¡Ay de los que en aquellos días estuvieren preñados y de los que criaren”.
2b. La cual preñez y cría entiende por la de los apetitos, los cuales, si no se atejan, siempre irán quitando más virtud al alma y crecerán para mal del alma, como los renuevos en el árbol.
2c. Lc 12, 34: “Tened ceñidos vuestros lomos”.
2d. Que significa aquí los apetitos.
2e. Ellos son como las sanguijuelas, que siempre están chupando la sangre de las venas.
2f. Proverbios 30, 15: Sanguijuelas son las hijas.
2g. Esto es, los apetitos.
3a. Los apetitos no ponen al alma bien ninguno, sino quítanle (sic) el que tiene.
3b. Si no los mortificare, no pararían hasta hacer en ella lo que dicen que hacen a su madre los hijos de la víbora, que, cuando van creciendo en el vientre, comen a su madre y mátanla (sic), quedando ellos vivos a costa de su madre.
3c. Los apetitos no mortificados llegan a tanto, que matan al alma en Dios.
3d. Eclo 23, 6: Que la sensualidad y la lujuria no se apoderen de mí, / no me entregues a una pasión vergonzosa.
4. Aunque no lleguen, es gran lástima considerar cuál tiene a la pobre alma los apetitos que viven en ella, cuál desgraciada para consigo misma, cuán seca para los prójimos, y cuán pesada y perezosa para las cosas de Dios.
4b. La causa por la que muchas almas ni tienen diligencia y gana de cobrar virtud es porque tienen los apetitos y aficiones no puras en Dios.

martes, 19 de mayo de 2020

Subida del Monte Carmelo. Capítulo 9. Los apetitos y la visión de Ezequiel


Capítulo 9. En que se trata como los apetitos ensucian el alma. Pruébalo por comparaciones y autoridades de la Escritura sagrada.
1a. Eclo 13, 1: El que tocare a la pez, ensuciarse las de ella.
1b. Toda uno la pez cuando en alguna criatura cumple el apetito de su voluntad.
1c. El alma que está caliente de apetito sobre alguna criatura en el calor de su apetito saca inmundicia y mancha de él en sí.
2a. Lam 4, 7-8: Sus cabellos, es a saber, del alma, son más levantados en blancura que la nieve, más resplandecientes que la leche, y más bermejos que el marfil antiguo, y más hermosos que la piedra de zafiro [corindón (piedra preciosa, la más dura que el diamante) cristalizado de color blanco, rae.es]. La haz de ellos se ha ennegrecido sobre los carbones, y no son conocidos en las plazas.
2b. Por los cabellos entendemos aquí los afectos y pensamientos del alma, los cuales ordenados en lo que Dios ordena son más blancos que la nieve.
3a. Aunque es verdad que el alma desordenada, en cuanto al ser natural, está tan perfecta como Dios la crió (sic), pero, en cuanto al ser de razón, está fea, abominable, sucia, oscura y con todos los males que aquí se van escribiendo y mucho más.
3b. Aun sólo un apetito desordenado, aunque no sea de materia de pecado mortal, basta para poner un alma tan sujeta, sucia y fea, que en ninguna manera pueda convenir con Dios en una unión hasta que el apetito se purifique.
4. Así como el alma del justo en una sola perfección, que es la rectitud del alma, tiene innumerables dones riquísimos y muchas virtudes hermosísimas, así el alma desordenada tiene en sí variedad miserable de inmundicias y bajezas, tal cual en ella la pintan muchos apetitos.
5a. Ezequiel 8, 10-16: Hijo del hombre, ¿de veras no has visto las abominaciones que hacen éstos, cada uno en lo secreto de su retrete [cuarto pequeño de la casa o habitación, destinado a retirarse, rae.es]?
5b. En Ezequiel se escribe que mostró Dios a este profeta en lo interior del templo, pintadas en derredor [circuito o contorno de una cosa, rae.es] de las paredes, todas las semejanzas de sabandijas que arrastran por tierra, y allí toda la abominación de animales inmundos.
5c. Y mandando Dios al profeta que entrase más adentro y vería mayores abominaciones, dice que vio allí las mujeres sentadas llorando al dios de los amores, Adonis.
5d. Y mandándole Dios entrar más adentro dice que vio allí a veinticinco viejos que tenían vueltas las espaldas contra el templo.
6a. Las diferencias de sabandijas y animales inmundos son los pensamientos y concepciones que el entendimiento hace de las cosas bajas de la tierra y de todas las criaturas.
6b. Las mujeres son los apetitos que están en la segunda potencia del alma, que es la voluntad. Los cuales están como llorando en cuanto codician a lo que está aficionada la voluntad, que son las sabandijas.
6c. Los varones son las imágenes y representaciones de las criaturas, que guarda y resuelve en sí la tercera parte del alma, que es la memoria.
6d. Están vueltas de espaldas contra el templo cuando ya según estas tres potencias abraza el alma alguna cosa de la tierra acabada.
6e. Tiene las espaldas acabadas contra el templo de Dios, que es la recta razón del alma, la cual no admite en sí cosa de criatura.
7a. Si hubieras de tratar en particular de la fealdad menor que hacen y causan en el alma las imperfecciones, y su variedad, y la que hacen los pecados veniales y también las que hacen los apetitos de pecado mortal, sería nunca acabar, ni entendimiento angélico bastaría para lo poder entender.
7b. Cualquier apetito, aunque sea de la más mínima imperfección, mancha y ensucia el alma.

sábado, 16 de mayo de 2020

Subida al Monte Carmelo. Capítulo 6. Los apetitos.


Capítulo 8. En que se trata cómo los apetitos oscurecen y ciegan al alma.
1a.Así como los vapores oscurecen el aire y no le dejan lucir el sol claro; como el espejo tomado del paño [Accidente que disminuye el brillo o la transparencia de algunas cosas, rae.es] no puede recibir serenamente en sí el rostro; o como (en) el agua envuelta en cieno, no se divisa bien la cara del que en ella se mira; así, el alma que en apetitos está tomada, según el entendimiento está entenebrecida, y no da lugar para que ni el sol de la razón natural ni el de la sabiduría de Dios sobrenatural la embistan e ilustren de claro.
1b. Sal 39, 13: Mis maldades me comprehendieron [penetraron, rae.es], y no pude tener poder para ver.
2a. En eso mismo que se oscurece según el entendimiento, se entorpece también según la voluntad.
2b. Sal 6, 4: Mi alma está muy turbada.
2c. Ni el entendimiento [acción y efecto de ilustrar; ilustrar: razón humana; rae.es] tiene capacidad para recibir la ilustración [dar luz al entendimiento, rae.es] de la sabiduría de Dios, como tampoco la tiene el aire tenebroso para recibir la del sol, ni la voluntad tiene habilidad para abrazar en sí a Dios en puro amor.
3a. Ciega y oscurece el apetito al alma, porque el apetito en cuanto apetito, ciego es, porque de suyo, ningún entendimiento tiene en sí, porque la razón es siempre su mozo ciego.
3b. Todas las veces que el alma se guía por su apetito, se ciega, pues es guiarse el que ve por el que no ve.
3c. Mt 15, 14: Si el ciego guía al ciego, entrambos caerán en la hoya.
3d. Poco le sirve los ojos a la mariposilla, pues que el apetito de la hermosura de la luz la lleva encandilada a la hoguera.
3e. Sal 57, 9: Sobrevínoles el fuego que caliente con su calor y encandila con su luz.
3f. Eso hace el apetito en el alma, que enciende la concuspiscencia y encandila al entendimiento de manera que no pueda ver su luz.
3g. La causa del encandilamiento es que, como pone otra luz diferente delante de la vista ciégase la potencia visiva en aquella que está entrepuesta y no ve la otra.
3h. El apetito se le pone al alma tan cerca, que está la misma alma, tropieza en esta luz primera y cébase en ella, y así no la deja ver su luz de claro entendimiento, ni la verá hasta que se quite de en medio el encandilamiento del apetito.
4a. Es harto de llorar la ignorancia de algunos, que cargan de extraordinarias penitencias y de otros muchos voluntarios ejercicios, y piensan que les bastará eso y esotro para venir a la unión de la sabiduría divina, si con diligencia ellos no procuran negar sus apetitos.
4b. Así como es necesaria a la tierra la labor para que lleve fruto, así es necesaria la mortificación de los apetitos para que haya provecho en el alma.
5a. Sal 57, 10: “Antes que echen espinas, como la zarza / verde o quemada, arrebátelos el vendaval”.
5b. Es como si dijera: Antes que entendiesen vuestras espinas, esto es, vuestros apetitos, así como a los vivientes, de esta manera los absorberá en su ira Dios.
5c. Los apetitos vivientes en el alma antes que ellos puedan entender a Dios, los absorberá [de absorber: consumir enteramente algo, rae.es] Dios en esta vida o en la otra con castigo y corrección, que será por la purgación.
6a. ¡Oh, si supiesen los hombres de cuánto bien de luz divina los priva esta ceguera que les causan sus aficiones y apetitos, y en cuántos males y daños les hacen ir cayendo cada día en tanto que no los mortifican!
6b. Si hay afición o apetito, dejará de cegar y oscurecer y hacer caer poco a poco en peor.
6c. 1 Re 11, 4: Cuando llegó a viejo, sus mujeres desviaron el corazón de Salomón tras otros dioses y su corazón no fue por entero del Señor, su Dios, como lo había sido el corazón de David, su padre.
6d. ¿Quién dijera que un varón tan acabado en sabiduría y dones de Dios como era Salomón había de venir a tanta ceguera y torpeza de voluntad, que hiciese altares a tantos ídolos y los adorasen el mismo, siendo ya viejo?
6e. Eclesiastés 2, 10: Concedí a mis ojos cuanto me pedían y no privé a mi corazón de ninguna alegría: este era mi solaz y mi recompensa en medio de mis fatigas.
6f. Porque él mismo dice en el Eclesiastés que no negó a su corazón lo que le pidió.
6g. Y pudo tanto este arrojarse a sus apetitos, que, aunque es verdad que al principio tenía recato [cautela, reserva, honestidad, modestia, rae.es], pero, porque no los negó, poco a poco le fueron cegando y oscureciendo el entendimiento, de manera que vinieron a acabar de apagar aquella gran luz de sabiduría que Dios le había dado, de manera que a la vejez dejó a Dios.
7a. Y si en éste pudieron tanto, que tenía tanta noticia [conocimiento sobre una materia] de la distancia que hay entre el bien y el mal, ¿qué no podrán contra nuestra rudeza los apetitos no mortificados?
7b. Jonás 4, 11: “¿Y no me he de compadecer yo de Nínive, la gran ciudad, donde hay más de ciento veinte mil personas, que no distinguen la derecha de la izquierda, y muchísimos animales?”.
7c. A cada paso tenemos lo malo por bueno, y lo bueno por malo, y esto de nuestra cosecha lo tenemos.
7d. Is 59, 10: Tentamos el muro como ciegos, / como gente sin vista, / tropezamos en pleno día como al anochecer, / en medio de los sanos estamos como muertos.
7f. Habla el profeta con los que aman seguir estos sus apetitos, y es como si dijera: Habemos palpado la pared, como si fuéramos ciegos, y anduvimos atentando como sin ojos, y llegó a tanto nuestra ceguera, que en el mediodía atollamos, como si fuera en las tinieblas.
7g. Esto tiene el que está ciego del apetito, que, puesto en medio de la verdad y de lo que le conviene, no lo echa más de ver que si estuviera en tinieblas.


miércoles, 13 de mayo de 2020

Subida al monte Carmelo - 7. Los apetitos: el pesado yugo.


Capítulo 7. En que se trata cómo los apetitos atormentan el alma. Pruébalo también por comparaciones y autoridades.
1a.La segunda manera de mal positivo que causan al lama los apetitos es que la atormenta y afligen a manera del que está en tormento de cordeles [1. m. Tormento que se daba atando las manos por detrás al reo o al acusado, y colgándole por ellas de una cuerda, que pasaba por una garrucha, con la cual le levantaban en alto, y después le dejaban caer de golpe, sin que llegase al suelo, rae.es].
1b. Sal 118, 61: “Los lazos de los malvados me envuelven” (traducción de la Biblia Conferencia Episcopal Española). Los cordeles de mis pecados, que son mis apetitos, en derredor [en circuito, en contorno, rae.es] me han apretado.
1c.Y de la misma manera que se atormenta y aflige al que desnudo se acuesta sobre espinas y puntas, así se atormenta el alma y aflige cuando sobre sus apetitos se recuesta.
1d. Sal 117, 12: “Rodeáronse de mí como abejas, punzándome con sus aguijones, encendiéronse contra mí como fuego en espinas”; porque en los apetitos, que son las espinas, crece el fuego de la angustia y del tormento.
1e. Así como aflige y atormenta el gañán [mozo de labranza, rae.es] al buey debajo del arado con codicia de la mies que espera, así la concupiscencia [En la moral católica, deseo de bienes terrenos y, en especial, apetito desordenado de placeres deshonestos, rae.es] aflige al alma debajo del apetito por conseguir lo que quiere.
1f. Lo cual se echa bien de ver en aquel apetito que tenía Dalila de saber en qué tenía tanta fuerza Sansón.
1g. Jue 16, 16: “Y como asediase todos los días con sus palabras y le importunara tanto, su espíritu se abatió” (trad. BCEE).
2. El apetito tanto más tormento es para el alma cuanto él es más intenso.
2b. Ap 18, 7: “En proporción a su fasto y a su lujo, dadle tormento y duelo. Porque ella decía en su corazón: “Estoy sentada como una reina, no soy viuda y no veré duelo nunca” (trad. BCCE), lo que se dice en el Apocalipsis de Babilonia.
2c. De lo cual hay figura en el libro de los Jueces (16, 21), donde se lee que aquel fuerte Sansón, que antes era fuerte y libre y juez de Israel, cayendo en poder de sus enemigos, le quitaron la fortaleza, y le sacaron los ojos, y le ataron a moler una muela, adonde le atormentaron y afligieron mucho.
2d. Y así acaece al alma donde estos enemigos de apetitos viven y vencen, que lo primero que hacen es enflaquecer al alma y cegarla y luego la afligen y atormentan, atándola a la muela de la concupiscencia; y los lazos con que está asida son sus mismos apetitos.
3a. Is 55, 1-2: “Oíd, sedientos todos, acudid por agua; / venid, también los que no tenéis trigo y comed, venid y comprad, / sin dinero y de balde, vino y leche. / ¿Por qué gastar dinero en lo que no alimenta / y el salario en lo que no da hartura? / Escuchadme atentos y comeréis bien, / saborearéis platos sustanciosos” (trad. BCEE).
3b. Como si dijera: Todos los que tenéis sed de apetitos, venid a las aguas, y todos los que no tenéis plata de propia voluntad y apetitos, daos priesa; comprad de mí y comed; venid y comprad de mi vino y leche, que es paz y dulzura espiritual, sin plata de propia voluntad, y sin darme por ello trueque alguno del trabajo, como dais por vuestros apetitos.
4. Este venir a la grosura es salirse de todos los gustos de criaturas, porque la criatura atormenta y el espíritu de Dios recrea.
4b. Mt 11, 28-29: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas” (trad. BCCE).
4c. Como si dijera: todos los que andáis atormentados, afligidos y cargados con la carga de vuestros cuidados y apetitos, salid de ellos, viniendo a mí, y yo os recrearé, y hallaréis para vuestras almas el descanso que os quitan vuestros apetitos.
4d. Sal 37, 5: “Mis culpas sobrepasan mi cabeza, / son un peso superior a mis fuerzas” (trad. BCCE). Y así, son pesada carga.  


martes, 12 de mayo de 2020

Subida al monte Carmelo 6. Los apetitos cansan y fatigan el alma.


Capítulo 6. En que trata de dos daños principales que causan los apetitos en el alma, el uno privativo y el otro positivo.
1a. El uno es que privan del espíritu de Dios.
1b. El otro es que al lama en que viven la cansan, atormentan, oscurecen, ensucian y enflaquecen y llagan.
1c. La afición de Dios y la afición de criatura son contrarios; y así, no caben en una voluntad afición de criatura y afición de Dios.
2.Mateo 14, 26: No es conveniente tomar el pan de los hijos y darlo a los canes.
3a. Todas las criaturas son meajas que cayeron en la mesa de Dios.
3b. Por tanto es llamado can el que anda apacentándose en las criaturas.
3c. Como perros, siempre andan hambreando, porque las meajas más sirven de avivar el apetito que de satisfacer el hambre.
3d. Esto es la propiedad del que tiene apetitos, que siempre está descontento y desabrido como el que tiene hambre.
3e. No puede entrar esta hartura increada en el alma si no se echa primero esotra hambre criada del apetito del alma.
3f. No pueden morar dos contrarios en un sujeto, los cuales en este caso son hambre y hartura.
4. El primer daño que hacen al alma los apetitos, que es resistir el espíritu de Dios.
5. El segundo efecto que hacen en ella, el cual es de muchas maneras, porque los apetitos cansan el alma, y atormentan, y oscurecen, y la ensucian, y la enflaquecen.
6a. Los apetitos cansan y fatigan el alma, porque son como unos hijuelos inquietos y de mal contento, que siempre están pidiendo a su madre uno y otro y nunca se contentan.
6b. Así como se cansa y se fatiga el alma por conseguir lo que sus apetitos le piden.  Y, aunque lo consiga, en fin, siempre se cansa, porque nunca se satisface.
6c. Jr 2, 13: son cisternas rotas las que cava, que no pueden tener agua para satisfacer la sed.
6d. Is 29, 8: Está su apetito vacío y cánsase y fatígase el alma que tiene apetitos, porque es como el enfermo de calentura, que no se halla bien hasta que se le quite la fiebre, y cada rato le crece la sed.
6e. Job 20, 22: Cuando hubiere satisfecho su apetito, quedará más apretado y agravado; creció en su alma el calor del apetito y así caerá sobre él todo dolor.
6f. Is 57, 20: “El corazón del malo es como el mar cuando hierve”; y es malo el que no vence los apetitos.
6g. Jr 2, 24: En el apetito de su voluntad atrajo a sí el viento de su afición.
6h. Jr 2, 25: “Aparta tu pie, esto es, tu pensamiento, de la desnudez y tu garganta de la sed”, es a saber, tu voluntad del cumplimento del apetito que hace más sequía.
6i. Así como se cansa y se fatiga el enamorado en el día de la esperanza cuando le salió su lance en vacío, se cansa el alma y fatiga cuando todos sus apetitos y cumplimientos en ellos, pues todos le causan mayor vacío y hambre.
6j. El apetito es como el fuego, que echándole leña, crece, y luego que la consume, por fuerza ha de desfallecer.
7. Y aun el apetito es de peor condición de su parte; porque el fuego, acabándose la leña, decrece; mas el apetito no decrece.
7b. Isaías 9, 20: Declinará hacia la mano derecha, y habrá hambre, y comerá hacia la siniestra, y no se hartará.
7c. Porque estos no mortifican sus apetitos, justamente, cuando declinan, ven la hartura del dulce espíritu de los que están a la diestra de Dios, la cual a ella no se le concede.
7d. Cuando corren hacia la siniestra, que es cumplir su apetito en alguna criatura, no se hartan, pues, dejando lo que sólo puede satisfacer, se apacientan de lo que les causa más hambre.
7e. Claro está, pues, que los apetitos cansan y fatigan el alma.

lunes, 11 de mayo de 2020

Subida al Monte Carmelo-5. Fundamentación bíblica.


Capítulo 5. Donde se trata y prosigue lo dicho, mostrando por autoridades de la Sangrada Escritura y por figuras cuan necesario sea al alma ir a Dios en esta noche oscura de la mortificación del apetito en todas las cosas.
1a. Se puede echar de ver la distancia que hay de todo lo que las criaturas son en sí a lo que Dios es en sí.
1b. Las almas que en alguna de ellas ponen su afición, esa misma disitancia tienen de Dios.
1c. San Agustín. Soliloquios: Tú verdaderamente eres bueno, y yo malo; tú piadoso y yo impío; tú santo, yo miserable; tú justo, yo injusto; tú luz, yo ciego; tú vida, yo muerte; tú medicina, yo enfermo; tú suma verdad, yo toda vanidad.
2a. Es suma ignorancia del alma pensar podrá pasar este alto estado de unión con Dios si primero no vacía el apetito de todas las cosas naturales y sobrenaturales que le pueden impedir.
2b. La doctrina que el Hijo de Dios sino a enseñar fue el menosprecio de todas las cosas para poder recibir el precio [premio o prez que se ganaba en las justas, rae.es] del espíritu de Dios en sí.
3a. De todo esto tenemos figura en el Éxodo (Ex 16) donde se lee que Dios no dio el manjar del cielo, que era el maná, a los hijos de Israel hasta que no les faltó la harina que ellos habían traído de Egipto.
3b. Primero conviene renunciar a todas las cosas, porque el manjar de ángeles no conviene al paladar que quiere tomar sabor en el de los hombres.
3c. Enojan mucho a la Majestad Divina los que, pretendiendo el manjar de espíritu, no se contentan con sólo Dios, sino que quieren entretener el apetito y afición [cariño, afecto o simpatía hacia alguien, rae.es] de otras cosas.
3d. Ex 15, 8-13: No contentando ellos con aquel manjar tan sencillo apetecieron y pidieron majar de carne; Nuestro Señor se enojó gravemente.
4a. ¡Oh si supiesen los espirituales cuánto bien pierden y abundancia de espíritu por no querer ellos acabar de levantar el apetito de niñerías [comportamiento caprichoso y superficial, que tiene su raíz en la sensualidad de tantos “espirituales”, nota Maximiliano Herraiz, carmelita descalzo).
4b. El que quiere amar otra cosa juntamente con Dios, sin duda es tener en poco a Dios, porque pone en una balanza con Dios lo que sumamente, como habemos dicho dista de Dios.
6a. Ex 34, 3: cuando mandaba Dios a Moisés que subiese al monte a hablar con él. Le mandó no solamente subiese él solo, dejando abajo a los hijos de Israel, pero que ni aun las bestias paciesen de contra del monte.
6b. El alma que hubiere de subir a este monte de perfección a de comunicar con Dios, no solo ha de renunciar todas las cosas y dejarlas abajo, mas también los apetitos, que son las bestias.
6c. El camino y subida para Dios sea un ordinario cuidado de hacer cesar y mortificar los apetitos, y tanto más presto llegará el alma, cuanto más priesa en esto se diere.
6d. Mas hasta que cesen, no ha de llegar, aunque más virtudes ejercite, porque le falta el conseguirlas en perfección, la cual consiste en tener el alma vacía y desnuda y purificada de todo apetito.
6e. Gn 35, 2: Queriendo el patriarca Jacob subir al monte Betel a edificar allí a Dios un altar, en que le ofreció sacrificio, primero mandó a toda su gente tres cosas: que arrojasen de sí todos los dioses extraños; se purificasen; y que mudasen vestiduras.
7a. Lo primero, que arroje los dioses ajenos, que son todas las extrañas aficiones y asimientos [adhesión, apego o afecto, rae.es].
7b. Lo segundo, que se purifique del dejo [gusto o sabor que queda de la comida o la bebida] que han dejado en el alma los dichos apetitos con noche oscura del sentido que decimos, negándonos y arrepintiéndose ordinariamente.
7c. Lo tercero que han de tener para llegar a este alto Monte es las vestiduras mudadas.
7d. Se le mudará Dios de viejas en nuevas, poniendo en el alma un nuevo ya entender de Dios en Dios, dejando el viejo entender de hombre, y un nuevo amar a Dios en Dios, desnuda ya la voluntad de todos sus viejos quereres y gustos de hombres, haciendo cesar todo lo que es el hombre viejo, que es la habilidad de ser natural, y vistiéndose de nueva habilidad sobrenatural según todas sus potencias.
7e. De manera que su obrar ya humano se haya vuelto en divino, que es lo que se alcanza en estado de unión.
7f. En la cual el lama no sirve de otra cosa sino de altar, en que Dios es adorado en alabanza y amor, y solo Dios en ella está.
7g. Ex 27, 8: Por eso mandó Dios que el altar donde había de estar el arca del Testamento estuviese de dentro vacío, para que entienda el alma cuán vacía la quiere Dios en todas las cosas.
7h. Lv 10, 1: Tampoco permitía ni que hubiese fuego ajeno ni que faltase jamás el propio.
7i. En el alma ni ha de faltar amor de Dios para ser digno altar, ni tampoco otro amor ajeno se ha de mezclar.
7a. No consiente Dios a otra cosa morar en uno.
7b. 1 Sam 5, 2-4: metiendo los filisteos al arca del Testamento en el templo donde estaba su ídolo, amanecía el ídolo cada día arrojado en el suelo y hecho pedazos.
7c. Dt 31, 26: Nos dice la Sagrada Escritura divina que mandase Dios poner en el arca donde estaba el maná otra cosa, sino el libro de la ley y la vara de Moisés, que significa la cruz.
7d. El alma que otra cosa no pretendiere que guardar perfectamente la ley del señor y llevar la cruz de Cristo, será arca verdadera, que tendrá en sí esta ley y esta vara perfectamente, sin otra cosa alguna.

domingo, 10 de mayo de 2020

Subida al Monte Carmelo 4. Nada ante Dios.


Capítulo 4. Donde se trata cuán necesario sea al alma pasar de veras por esta noche oscura del sentido, la cual es la mortificación del apetito, para caminar en unión de Dios.
1.La causa por la que le es necesaria al alma, para llegar a la divina unión, pasar por esta noche oscura de mortificación y negación de los gustos en todas las cosas, es porque todas las afecciones que tiene en las criaturas son delante de Dios puras tinieblas.
2a. La razón es porque dos contrarios no pueden caber en un sujeto.
2b. Las tinieblas, que son las afecciones en las criaturas, y la luz, que es Dios, son contrarios.
2d. En el alma no se puede asentar la luz de la divina unión si primero no se ahuyentan las afecciones de ellas.
3a. El amor hace semejanza entre lo que se ama y es amado.
3b. El que ama criatura tan bajo se queda como aquella criatura, porque el amor no solo iguala, mas aún sujeta al amante a lo que ama.
3c. Jeremías 4, 23: Miré a la tierra y estaba vacía, y en ella nada era; y a los cielos, y vi que no tenían luz.
3d. Decir que vio la tierra vacía da a entender que todas las criaturas de ella eran nada.
3e. Todas las lumberas del cielo, comparadas con Dios, son puras tinieblas.
3f. Todas las criaturas en esta manera nada son.
3g. Las aficiones de ellas son impedimento y privación de la transformación en Dios.
3h. No podrá comprender a Dios el alma que en criatura pone su afición.
4a. Todo el ser de las criaturas, comparado con el infinito ser de Dios, nada es.
4b. El alma que en él pone su afición, delante de Dios nada es.
4c. Toda la hermosura de las criaturas, comparada con la infinita hermosura de Dios, es suma fealdad.
4d. Toda gracia y donaire de las criaturas, comparada con la gracia de Dios, es suma desgracia y sumo desabrimiento [disgusto, desazón interior, rae.es].
4e. Toda bondad de las criaturas del mundo, comparada con la infinita bondad de Dios, se puede llamar malicia.
4f. Nada hay bueno sino solo Dios (cf. Lc 18, 19).
5a. Toda alma que hiciese caso de todo su saber y habilidad para venirse a unirse con la sabiduría de Dios, sumamente es ignorante delante de Dios, y quedará muy lejos de ella.
5b. Delante de Dios aquellos que se tienen por de algún saber son muy ignorantes.
5c. Rm 1, 22: Teniéndose ellos por sabios, se hicieron necios.
5d. 1 Cor 3, 18-19: Si alguno le parece que es sabio entre vosotros hágase ignorante para ser sabio, porque la sabiduría de este mundo es acerca de Dios locura.
6a. Todo el señorío y libertad del mundo, comparado con la libertad y señorío del espíritu de Dios, es suma servidumbre, y angustia y cautiverio.
6b. El alma que se enamora de las mayorías y de las libertades de su apetito delangte de Dios es tenido y tratado no como hijo, sino como bajo esclavo y cautivo, por no haber querido tomar su santa doctrina.
6c. Lc 22, 26: El que quisiere ser mayor sea menos, y el que quisiere ser menor sea mayor.
7a. Y todos los deleites y sabores de la voluntad de todas las cosas del mundo, comparados con todos los deleites que es Dios, son suma pena, tormento y amargura.
7b. Todas las riquezas y gloria de todo lo criado, comparado con la riqueza que es Dios, es suma pobreza y miseria.

sábado, 9 de mayo de 2020

Capítulo 3. Privación del apetito.


Capítulo 3. Habla de la primera causa de esta noche, que es de la privación del apetito en todas las coas, y da razón de por qué se llama noche.
1a. Llamamos aquí noche a la privación del gusto en el apetito de todas las cosas.
1b. Así como la noche no es otra cosa que la privación de luz, así también se puede decir la mortificación del apetito para el alma, porque, privándose el alma del gusto del apetito en todas las cosas, es quedarse como oscuras y sin nada.
2a. El alma que hubiera negado y despedido de sí el gusto de todas las cosas, mortificando su apetito en ellas, podremos decir que está, como de noche, a oscuras, lo cual no es otra cosa sino el vacío en ella de todas las cosas.
3a. En tanto que está en el cuerpo, está como el que está en una cárcel oscura, el cual no sabe nada sino lo que alcanza a ver por las ventanas de dicha cárcel.
3b. Y así, el alma, si no es lo que por los sentidos se comunica, que son las ventanas de su cárcel, naturalmente por otra vía nada alcanzaría.
4a. Llamamos esta desnudez noche para el alma, porque tratamos aquí de carecer de las cosas, porque eso no desnuda el alma si tiene apetito de ellas, sino de la desnudez del gusto y apetito de ellas, que es lo que deja el alma libre y vacía de ellas.
4b. Porque no ocupan al alma las cosas de este mundo ni la dañan pues no entra en ellas, sino la voluntad y apetito de ellas que mora en ella.

viernes, 8 de mayo de 2020

Capítulo 2. En una noche oscura.


Capítulo 2. Declara que noche oscura sea esta por la que el alma dice haber pasado a la unión.´
En una noche oscura.
1a. Por tres cosas podemos decir que se llama noche este tránsito que hace el alma a la unión de Dios.
1b. La primera, por parte del término [paraje señalado para algún fin, rae.es] (de) donde el alma sale,  porque ha de ir careciendo el apetito de todas las cosas del mundo que poseía en negación de ellas, la cual carencia es como noche para todos los sentidos del hombre.
1c. La segunda, por parte del medio o camino por donde ha de ir el alma a esta unión, lo cual es la fe, que es también oscura para el entendimiento [potencia del alma, en virtud de la cual, concibe las cosas, las compara, las juzga e induce y deduce otras que ya conoce; alma en cuanto discurre y raciocina; razón humana, rae.es], como noche.
1d. La tercera, por parte del término adonde va, que es Dios, el cual ni más ni menos, es noche oscura para el alma en esta vida.
1e. Las cuales tres noches ha de pasar el alma.
2a. En el libro de Tobías (6, 18-22) se figuraron estas tres maneras de noches por las tres noches que el ángel mando a Tobías el mozo que pasasen antes que se juntasen en uno con la esposa.
2b. En la primera le mandó que quemasen el corazón del pez por el fuego.
2c. Se ha de quemar y purificar todo lo que es criatura por el fuego del amor de Dios.
3a. En la segunda noche le dijo que sería admitido en la compañía de los santos patriarcas, que son los padres de la fe.
3b. Pasando por la primera noche luego entra el alma en la segunda noche, quedándose sola en la fe.
4a. En la tercera noche le dijo el ángel que conseguiría la bendición que es Dios, el cual mediante la se va comu9nicando el alma tan secreta e íntimamente, que es otra noche para el alma.
4b. Pasada esta tercera noche, que es acabarse de hacer comunicación de Dios en el espíritu que se hace ordinariamente en gran tiniebla del alma, luego se sigue la unión con la esposa, que es la sabiduría de Dios.
5. Estas tres partes todas son una noche.
5b. La primera noche, que es la del sentido, se compara a prima noche.
5c. La segunda noche, que es la fe, se compara a la media noche, que es totalmente oscura.
5d. La tercera, el despidiente [el que despide, rae.es], que es Dios, la cual es ya inmediata a la luz del día.

jueves, 7 de mayo de 2020

Subida al Monte Carmelo. Libro I, capítulo 1..




LIBRO PRIMERO.
Capítulo 1. Pone la primera canción. – Dice dos diferencias de noches por las que pasan los espirituales, según las dos partes del hombre, inferior y superior, y declara la canción siguiente.
En una noche oscura,
con ansias, en amores inflamada,
¡Oh dichosa ventura!
salí sir ser notada
estando mi casa sosegada.
1a. Canta el alma la dichosa suerte y ventura que tuvo en salir de todas las cosas afuera, y de los apetitos e imperfecciones que hay en la parte sensitiva del hombre, por el desorden que tiene de la razón.
1b. Para que un alma llegue al estado de perfección ha de pasar primero por dos maneras de noches.
2a. La primera noche o purgación es la parte sensitiva del alma.
2b. La segunda es la parte espiritual.
3a. Esta primera noche pertenece a los principiantes.
3b. La segunda noche o purificación pertenece a los ya aprovechados.
3c. Esta es más oscura y tenebrosa y terrible purgación.
DECLARACIÓN DE LA CANCIÓN.
4a. Quiere Dios decir el alma en esta canción que salió – sacándola Dios – solo por amor de él, inflamada en su amor, en una noche oscura, que es privación y purgación de todos los apetitos sensuales y gusto de su voluntad.
4b. Estando ya su casa sosegada, que es la parte sensitiva.
4c. No se sale de las penas y angustias de los retretes [cuarto pequeño en la casa o habitación destinado para retirarse, rae.es] de los apetitos hasta que estén amortiguados y dormimos.
4d. Esto dice que le fue dichosa ventura, salir sin ser notada, esto es, sin que ningún apetito de su carne ni de otra cosa se lo pudiese estorbar.
4e. Salió de noche, que (es) privándola Dios de todos ellos, lo cual era noche para ella.
4f. No atina bien uno por sí solo a vaciarse de todos los apetitos para venir a Dios.

miércoles, 6 de mayo de 2020

Prólogo a Subida del Monte Carmelo, 02.

5ª. Hay quien te diga vuelve atrás, pues no halla gusto ni consuelo como antes en las cosas de Dios; y así doblan el trabajo a la pobre alma.
5b. Acaecerá que la mayor pena que ella siente sea el conocimiento de sus miserias propias, porque le da Dios aquella luz del conocimiento en aquella noche de contemplación.
5c. No contentándose con esto, pensando los tales confesores que procede de pecados, hacen a las dichas almas revolver sus vidas y hacer muchas confesiones generales, y crucificarlas de nuevo; no entendiendo que aquel, por ventura, no es tiempo de eso ni de esotro, sino de dejarlas así en la purgación que Dios las tiene, consolándolas y animándolas a que quieran aquella hasta que Dios quiera: porque hasta entonces, por más que ellos hagan y ellos digan, no hay más remedio.
6. Por haber algunas almas que pensarán, ellas o sus confesores, que las lleva Dios por este camino de la noche oscura de purgación espiritual y porque hay muchas almas que piensan no tienen oración, y tienen muy mucha; y otras, que tienen mucha y es poco más que nada..
7a. Hay otras que es lástima que trabajan y se fatigan mucho y vuelven atrás, y ponen el fruto del aprovechar en lo que no aprovecha, sino antes estorba, y otras que con descanso y quietud van aprovechando mucho.
7b. Otras muchas que, con los mismos regalos y mercedes que Dios les hace para caminar adelante, se embarazan [impedir, estorbar o retardar algo, rae.es] y estorban y no van adelante.
8a. Y por cuanto esta doctrina es de la noche oscura por donde el alma ha de ir, no se maraville el lector si le pareciere algo oscura. Lo cual entiendo yo que será al principio que comenzare a leer: mas, como pase adelante, irá entendiendo mejor lo primero.
8b. Aquí no se escribirán cosas muy morales y sabrosas para todos los espirituales que gustan de ir por cosas dulces y sabrosas a Dios, sino doctrina sustancial y sólida, para que los unos como para los otros, si quisieren pasar a la desnudez de espíritu que aquí se escribe

martes, 5 de mayo de 2020

Prólogo a Subida al Monte Carmelo. 01.

Prólogo.
1.Son tantas y tan profundas las tinieblas y trabajos, así espirituales como temporales, por que ordinariamente suelen pasar las dichosas almas para poder llegar a este alto estado de perfección, que ni basta ciencia humana para entender, ni experiencia para lo saber decir: porque solo el que por ello pasa sabrá sentir, mas no decir.
3a. Por mucha necesidad que tienen muchas almas; las cuales, comenzando el camino de la virtud, y queriéndolas Nuestro Señor poner en esta noche oscura para que por ella pasen a la divina unión, ellas no pasan delante; a veces, por no querer entrar o dejarse entrar en ella.
3b. Aunque es verdad que Dios las lleva – que puede llevarlas sin ellas –, no se dejan ellas llevar.
3c. Hay almas que, en vez de dejarse [conseguir, permitir, no impedir, rae.es] a Dios y ayudarse, antes estorban a Dios por su indiscreto obrar y repugnan, hechas semejantes a los niños que, queriendo sus madres llevarlos en brazos, ellos van pateando y llorando, porfiando [importunar repetidamente con el fin de conseguir un propósito, rae.es]   por ser ellos por su pie, para que no se pueda andar nada.
4ª. A los principiantes como a los aprovechados, con su ayuda daremos doctrina y avisos, para que sepan entender o, a lo menos, dejarse llevar de Dios.
4b. Acaecerá que lleve Dios a una alma por un altísimo camino de oscura contemplación y sequedad […] encuentre quien le diga, como los consoladores de Job (2, 11-13) o que es melancolía, o desconsuelo, o condición, o que podrá ser alguna malicia oculta suya, y que por eso le ha dejado Dios; y así, luego suelen juzgar 

lunes, 4 de mayo de 2020

El Monte.



Transcripción.
1.Para venir a gustarlo todo
no quieras tener gusto en nada.

Para venir a saberlo todo
no quieras saber algo en nada.

Para venir a poseerlo todo
no quieras poseer algo en nada.

Para venir a serlo todo
no quieras ser algo en nada.

2.Para venir a lo que no gustas
has de ir por donde no gustas.

Para venir a lo que no sabes
has de ir por donde no sabes.

Para venir a poseer lo que noi posees
has de ir por donde no posees.

Para venir a lo que no eres
has de ir por donde no eres.


3.Cuando reparas en algo
dejas de arrojarte al lodo.
Para venir del todo al lodo
has de dejarte del todo en todo.

Y cuando lo vengas del todo a tener
has de tenerlo sin nada querer.

4.En esta desnudez halla
el espíritu su descanso, porque no
codiciando nada, nada le fatiga hacia
arriba, y nada le oprime
hacia abajo, porque está en
el centro de su humildad.



Llama de amor viva. Canción 1, 23. Encuentro entre dos desiguales: Dios inmenso y el alma estrecha, amargura hasta hallar el deleite divino.

  23a. Esta llama de suyo en extremo es amorosa, y tierna y amorosamente embiste en la voluntad. 23b. Y la voluntad de suyo es seca y dura...