viernes, 30 de abril de 2021

Cántico espiritual. Canción 11, 6-10. Quien ama a Cristo no teme sufrir ni morir.

 

6a. Y mateme tu vista y hermosura.

6b. Pues tanto es el deleite de la vista de tu ser y hermosura que no la puede sufrir mi alma, sino que tengo que morir en viéndola, máteme tu vista y hermosura.

7a. Dos vistas se sabe que matan al hombre, por no poder sufrir la fuerza y eficacia de la vista.

7b. La una es la del basilisco[1], con cuya vista se mueren luego.

7c. Luego, otra es la vista de Dios.

7d. Pero son muy diferentes las causas.

7e. La una vista mata con gran ponzoña[2], y la otra con inmensa salud y bien de gloria.

7f. No hace mucho aquí el alma en querer morir a vista de la hermosura de Dios para gozarla para siempre; pues que, si el alma tuviese un solo barrunto[3] de la alteza y hermosura de Dios, no solo una muerte apetecería por verla ya para siempre, como aquí desea.

7g. Pero mil acerbísimas[4] muertes pasaría muy alegre por verla un solo momento, y, después de haberla visto, pediría padecer otras tantas por verlas otro tanto.

8a. Aquí el alma habla condicionalmente cuando dice que “la mate su vista y hermosura”, supuesto que no puede verla sin morir; que, si sin eso pudiera ser, no pidiera que la matara.

8b. Querer morir es imperfección natural.

8c. Supuesto que no puede estar vida corruptible de hombre con la otra vida inmarcesible[5] de Dios, dice: Máteme, etc.

9a. Esta doctrina da a entender san Pablo a los corintios, diciendo:

9b. 2 Corintios 5, 4: No queremos ser despojados, mas queremos ser sobrevestidos, porque lo que es mortal sea absorto de la vida.

9c. Que es decir: No deseamos ser despojados de la carne, mas ser sobrevestidos de gloria.

9d. Pero, viendo él que no se puede vivir en gloria y en carne mortal juntamente, como decimos, dice a los filipenses que desea ser desatado y verse con Cristo.

9e. Filipenses 1, 23-24: “Me encuentro en esta alternativa: por un lado, deseo partir para estar con Cristo, que es con mucho mejor, pero, por otro, quedarme en esta vida veo que es más necesario para vosotros”.

9f. Hay qui una duda, y es: ¿Por qué los hijos de Israel antiguamente huían y temían ver a Dios por no morir, como dijo Manué a su mujer, y esta alma a la vista de Dios desea morir?

9g. Jueces 13, 22: “Y le dijo a su esposa: Seguramente vamos a morir, porque hemos visto a Dios”.

9h. A lo cual se responde que por dos causas:

9i. La una, porque en aquel tiempo, aunque muriesen en gracia de Dios, no le habían de ver hasta que viniese Cristo.

9j. Mucho mejor les era vivir en carne aumentando los merecimientos y gozando la vida natural, que estar en el limbo[6] sin merecer y padeciendo tinieblas y espiritual ausencia de Dios.

9k. Por lo cual tenían entonces por gran merced de Dios y beneficio suyo vivir muchos años.

10a. La segunda causa es de parte del amor.

10b. Como aquellos no estaban tan fortalecidos en amor ni tan llegados a Dios por amor, temían morir a su vista.

10c. Ahora ya en la ley de la gracia, que, en muriendo el cuerpo, puede ver el alma a Dios, más sano es querer vivir poco y morir para verle.

10d. Ya que esto no fuera, amando el alma a Dios, como esta le ama, no temiera morir a su vista.

10e. El amor verdadero todo lo que le viene de parte del amado, ahora sea adverso, ahora próspero, y los mismos castigos, como sea cosa que él quiera hacer los recibe con la misma igualdad y le hace gozo y deleite.

10f. 1 Juan 4, 18: la perfecta caridad echa fuera todo temor.

10g. No puede ser al alma que ama amarga la muerte, pues en ella halla todas sus dulzuras y deleites de amor.

10h. No le puede ser triste su memoria, pues en ella halla junta la alegría.

10i. Ni le puede ser pesada y penosa, pues es el remate de todas sus pesadumbres y penas y principio de todo bien.

10j. Tiénela por amiga y esposa.

10k. Con su memoria se goza en el día de su desposorio y bodas.

10l. Más desea aquel día y aquella hora en que ha de venir su muerte que los reyes de la tierra desearon los reinos y principados.

10m. De esta suerte de muerte dice el sabio:

10n. Eclesiástico 41, 3: ¡Oh muerte! Bueno es tu juicio para el hombre que se siente necesitado.

10ñ. La cual, si para el hombre que se siente necesitado de cosas de acá es buena, no habiendo de suplirle sus necesidades, sino antes despojarlo de lo que tenía.

10o. ¿Cuánto mejor será su juicio para el alma que está necesitada de amor como esta, que está clamando por más amor, pues no solo no la despojará de lo que tenía, sino antes le será causa del cumplimiento de amor que deseaba en atreverse a decir sin temor:

10p. Máteme tu vista y hermosura.

10q. Pues que sabe que en aquel mismo punto que la viese, sería ella arrebatada a la misma hermosura.

10r. Absorta en la misma hermosura y transformada en la misma hermosura y ser ella hermosa como la misma hermosura, y abastada[7] y enriquecida como la misma hermosura.

10s. Por eso dice David que:

10t. Salmo 115, 15: la muerte de los santos es preciosa en la presencia del Señor.

10u. Lo cual no sería si no participasen sus mismas grandezas.

10v. Delante de Dios no hay nada precioso sino lo que él es en sí mismo.

10w. Por eso el alma no teme morir cuando ama, antes lo desea.

10x. Pero el pecador siempre teme morir porque barrunta que la muerte, como los bienes le ha de quitar y todos los males le ha de dar. como dice David:

10y. Salmo 33, 22: la muerte de los pecadores es pésima.

10z. Y, por eso, como dice el Sabio le es: amarga en su memoria.

10za. Eclesiástico 41, 1: “¡Oh muerte, qué amargo es tu recuerdo para el que vive tranquilo entre sus bienes, para el hombre despreocupado que prospera en todo y todavía es capaz de saborear la comida!”

10zb. Como aman mucho la vida de este siglo y poco la del otro, temen mucho la muerte.

10zc. El alma que ama a Dios, más vive en la otra vida que en esta.

10zd. Más vive el alma adonde ama que donde anima.

10ze. Así tiene en poco esta vida temporal.

10zf. Por esto dice: Mátame tu vista, etc.

 



[1] Basilisco: 1. Animal fabuloso al cual se le atribuía la propiedad de matar con la vista. www.rae.es

[2] Ponzoña: 1. Sustancia que tiene en sí cualidades nocivas para la salud, o destructivas de la vida.

[3] Barrunto: 2. Indicio, noticia.

[4] Acerbo: 2. Cruel, riguroso, desapacible.

[5] Inmarcesible: 1. Que no se puede marchitar.

[6] Limbo: 1. En la doctrina tradicional católica, lugar a donde irán las almas de quienes mueren sin el bautismo antes de tener uso de razón.

[7] Abastar: 3. Satisfacerse, contentarse.

jueves, 29 de abril de 2021

Cántico espiritual. Canción 11, 3-5: la triple presencia de Dios y el deseo de contemplar su rostro, fuente de la belleza y la hermosura.

 

Descubre tu presencia.

3a. Tres maneras de presencias puede haber de Dios en el alma.

3b. La primera es esencial.

3c. De esta manera no solo está en las más buenas y santas almas, pero también en las malas y pecadores y en todas las demás criaturas.

3d. Esta presencia les da vida y ser y si esta presencia esencial le faltase, todas se aniquilarían y dejarían de ser.

3e. Esta nunca falta en el alma.

3f. La segunda presencia es por gracia.

3g. En la cual mora Dios en el alma agradado y satisfecho de ella.

3h. Esta presencia no la tienen todas, porque las que caen en pecado mortal la pierden.

3i. Esta no puede el alma saber naturalmente si la tienen.

3j. La tercera es por afección espiritual.

3k. Muchas en muchas almas devotas suele Dios hacer algunas presencias espirituales de muchas maneras, con que las recrea, deleita y alegra.

3l. Así estas presencias espirituales como las demás, todas son encubiertas, porque no se muestra Dios en ellas como es, porque no lo sufre la condición de esta vida.

3m. Así de cualquiera de ellas se puede entender el verso: Descubre tu presencia.

4a. Por cuanto está cierto que Dios está siempre presente en el alma, a lo menos según la primera manera, no dice el alma que se haga presente en ella.

4b. Sino que esta presencia encubierta que él hace en ella, ahora sea natural, ahora espiritual, ahora afectiva, que se descubre y manifiesta de manera que pueda verle en su divino ser y hermosura.

4c. Así como con su presente ser da ser natural al alma y con su presente gracia la perfecciona, que también la glorifique con su manifiesta gloria.

4d. Por cuanto esta alma anda en fervores y afecciones de amor de Dios, habemos de entender de esta presencia que aquí pide al Amado que le descubra, principalmente se entiende de cierta presencia afectiva que de sí hizo el Amado al alma.

4e. La cual fue tan alta, que le pareció al alma y sintió estar allí un inmeso ser encubierto.

4f. Del cual le comunica Dios ciertos visos entreoscuros de su divina hermosura.

4g. Hacen tal efecto en el alma, que la hace codiciar y desfallecer en deseo de aquello que siente encubierto allí en aquella presencia.

4h. Es conforme a aquello que sentía David cuando dijo:

4i. Salmo 83, 1: Codicia y desfallece mi alma en las entrañas del Señor.

4j. A este tiempo desfallece el alma con deseo de engolfarse[1] en aquel sumo bien que siente presente y encubierto.

4k. Aunque está encubierto, muy notablemente siente el bien y deleite que allí hay.

4l. Por eso, con más fuerza es atraída el alma y arrebatada de este bien que ninguna cosa natural de su centro.

4m. Con esa codicia y entrañable apetito, no pudiendo más contenerse el alma, dice: Descubre tu presencia.

5a. Lo mismo le acaeció a Moisés en el monte Sinaí que, estando allí en la presencia de Dios, tan altos y profundos visos de la alteza y hermosura de la divinidad de Dios encubierta echaba de ver.

5b. No pudiendo sufrirlo, por dos veces le rogó le descubriese su gloria, diciendo a Dios:

5c. Éxodo 33, 12: Tú dices que me conoces por mi propio nombre y que he hallado gracia delante de ti; pues, luego, se he hallado gracia en tu presencia, muéstrame tu rostro para que te conozca, y halle delante de tus ojos la gracia complida que deseo.

5d. Lo cual es llegar al perfecto amor de la gloria.

5e. Pero respondióle el Señor, diciendo:

5f. Éxodo 33, 20: No podrás tú ver mi rostro, porque no me verá hombre y vivirá.

5g. Dificultosa cosa me pides, Moisés, porque es tanta la hermosura de mi cara y el deleite de la vista de mi ser, que no lo podrá sufrir tu alma en esta suerte de vida tan flaca.

5h. Sabedora el alma de esta verdad, ahora por palabras, que Dios aquí respondió a Moisés, ahora también por lo que habemos dicho que siente aquí encubierto en la presencia de Dios, que no le podrá ver en su hermosura en este género de vida.

5i. Aun de sólo traslucirse[2] desfallece, como habemos dicho, previene ella a la respuesta que se le puede dar, como a Moisés, y dice.

5j. Y máteme tu vista y hermosura.



[1] Engolfar: 3. Meterse mucho en un negocio, dejarse llevar o arrebatar de un pensamiento o afecto. www.rae.es

[2] Traslúcido: 1. Dicho de un cuerpo: Que deja pasar la luz, pero que no deja ver nítidamente los objetos.

miércoles, 28 de abril de 2021

Cántico espiritual. Canción 11, 1-2. Fe: penar de amor por Aquel que más le ama al alma y más ama.


 Canción 11.

Descubre tu presencia,

y máteme tu vista y hermosura;

mira que la dolencia

de amor, que no se cura

sino con la presencia y la figura.

 

Anotación.

1a. No puede el amoroso Esposo de las almas verlas penar mucho a solas, como a esta de que vamos tratando, porque, como él dice por Zacarías: sus penas y quejas

1b. Zacarías 2, 8: le tocan en las niñetas de sus ojos.

1c. Mayormente cuando las penas de tales almas son por su amor como las de esta.

1d. Por eso dice también por Isaías:

1e. Isaías 65, 24: Antes que ellos clamen, yo oiré; aun estando con la palabra en la boca, los oiré.

1f. El sabio dice de él que:

1g. Proverbios 2, 4-5: Si le buscare el alma como al dinero, le hallará.

1h. Esta alma enamorada que con más codicia que al dinero le busca, pues todas las cosas tiene dejadas y a sí misma por él.

1j. Parece que a estos ruegos tan encendidos le hizo Dios alguna presencia de sí espiritual.

1k. En la cual mostró algunos profundos visos de su divinidad y hermosura, con que la aumentó mucho más el deseo de verle y fervor.

1l. Así como suelen echar agua en la fragua para que se encienda y afervore más el fuego, así el Señor suele hacer con algunas de estas almas, que andan con estas calmas[1] de amor.

1m. Dándoles algunas muestras de su excelencia para afervorarlas más, y así irlas más disponiendo para las mercedes que les quiere hacer después.

1n. Así como el alma echó de ver y sintió por aquella presencia oscura aquel sumo bien y hermosura encubierta allí, muriendo en deseo por verla, dice la canción.

Declaración.

2a. Deseando el alma verse poseída ya de este gran Dios, de cuyo amor se siente robado y llagado el corazón, no pudiendo ya sufrir, pide en esta canción determinadamente le descubra y muestre su hermosura, que es su divina esencia[2].

2b. Y que le mate con esta vista, desatándola de la carne, pues en ella no puede verle y gozarle como desea.

2b. Poniéndole por delante la dolencia y ansia de su corazón, en que persevera penando por su amor, sin poder tener remedio con menos que esta gloriosa vista de su divina esencia.



[1] Calma. 6. Desuso. Angustia, pena.

[2] Esencia: 1. Aquello que constituye la naturaleza [3. Virtud, calidad o propiedad de las cosas]de las cosas, lo permanente e invariable de ellas. www.rae.es

martes, 27 de abril de 2021

Canción 10. Fe: eres la lumbre de mi vida. Deseo de contemplar a Dios en la eternidad del Amor.


 Canción 10.

Apaga mis enojos,

pues que ninguno basta a deshacerlos;

y véante mis ojos

pues eres lumbre[1] dellos,

y solo para ti quiero tenellos.

 

Declaración:

4a. Prosigue pidiendo al Amado quiera ya poner término a sus ansias y penas.

4b. No hay otro que baste, sino solo él, para hacerlo, y que sea de manera que le puedan ver los ojos de su alma.

4c. Solo él es la luz en que ellos miran, y ella no los quiere emplear en otra cosa sino solo en él.

5a. Apaga mis ojos.

5b. Tiene eta propiedad la concupiscencia[2] del amor, que todo lo que no hace o dice y conviene con aquello que ama la voluntad, la cansa y fatiga y enoja y la pone desabrida, no viendo cumplirse lo que ella quiere.

5c. A esto, y a algunas fatigas que tiene por ver a Dios, llama aquí enojos.

5d. Los cuales ninguna cosa basta para deshacellos, sino la posesión del Amado.

5e. Por lo cual dice que los apague él con su presencia, refrigerándolos todos, como hace el agua fresca al que está fatigado del calor.

5f. Por eso usa aquí de este vocablo apagar, para dar a entender que ella está padeciendo con fuego de amor.

6a. Pues que ninguno basta a deshacellos.

6b. Para mover y persuadir más el alma a que cumpla su petición el Amado, dice que pues otro ninguno sino él basta a satisfacer su necesidad, que sea él el que apague sus enojos.

6c. Es de notar que entonces está Dios bien presto para consolar el alma y satisfacer, en sus necesidades y penas, cuando ella no tiene ni pretende otra satisfacción y consuelo fuera de él.

6d. El alma que no tiene otra cosa que la entretenga fuera de Dios, no puede estar mucho sin visitación del amado.

7a. Y véante mis ojos.

7b. Esto es, véante yo cara a cara con los ojos del alma.

8a. Pues eres lumbre dellos.

8b. Demás de que Dios es lumbre sobrenatural de los ojos del alma, sin la cual está en tinieblas, llámale ella aquí por afición lumbre de los ojos.

8c. Al modo que la amante suele llamar al que ama lumbre de sus ojos, para mostrar la afición que le tiene.

8d. Es como si dijera en los dos versos sobredichos: pues los ojos de mi alma tienen otra lumbre, ni por naturaleza ni por amor, sino a ti, véante mis ojos, pues de todas maneras eres lumbre de ellos.

8e. Esta lumbre echaba menos David cuando con lástima decía:

8f. Salmo 37, 11: La lumbre de mis ojos ésa no está conmigo.

8g. Y Tobías cuando dijo:

8h. Tobías 5, 12: ¿Qué gozo podrá ser el mío, pues estoy sentado en las tinieblas y no veo la lumbre del cielo?

8i. En la cual deseaba la clara visión de Dios.

8j. La lumbre del cielo es el Hijo de Dios, según dice san Juan:

8k. Apocalipsis 21, 23: La ciudad celestial no tiene necesidad de sol ni de luna que luzcan en ella, porque la claridad de Dios la alumbra, y la lucerna de ella es el Cordero.

9a. Y solo para ti quiero tenellos.

9b. En lo cual quiere el alma obligar al Esposo a que la deje ver esta lumbre de sus ojos.

9c. No solo porque, no teniendo otra, estará en tinieblas, sino también porque no los quiere tener para otra alguna cosa que para él.

9d. Así como justamente es privada de esta divina luz el alma que quiere poner los ojos de su voluntad en otra su lumbre de propiedad de alguna cosa fuera de Dios por cuanto ello ocupa la vista para recibir la lumbre de Dios.

9e. Así también congruamente[3] merece que se le dé al alma que a todas las cosas cierra los dichos ojos, para abrirlos solo a su Dios.



[1] Lumbre: 4. luz (// claridad que irradia un cuerpo en combustión). www.rae.es

[2] Concupiscencia. En la moral católica, deseo de los bienes terrenos y, en especial, apetito desordenado de placeres deshonestos.  

[3] Congruamente: 1. De manera congruente [conveniente, coherente, lógico]. www.rae.es

lunes, 26 de abril de 2021

Canción 10. El alma enamorada de Dios lo relativiza todo lo que los demás consideran importante.


 Anotación para la siguiente canción.

1a. Estando el alma en este término de amor, está como un enfermo muy fatigado que, teniendo perdido el gusto y el apetito, de todos los manjares fastidia y todas las cosas le molestan y enojan.

1b. Solo en todas las cosas que se le ofrecen al pensamiento o a la vista tiene presente un solo apetito y deseo, que es de su salud.

1c. Todo lo que a esto no hace le es molesto y pesado.

1d. Esta alma, por haber llegado a esta dolencia de amor de Dios, tiene estas tres propiedades:

1e. En todas las cosas que se le ofrecen y trata siempre tiene presente aquel ¡ay! de su salud, que es su Amado; y así, aunque por no poder más ande en ellas, en él tiene siempre el corazón.

1f. Tiene perdido el gusto a todas las cosas.

1g. Todas ellas le son molestas, y cualquier tratos, pesados y enojosos.

2a. La razón de todo esto es que, como el paladar de la voluntad del alma anda tocado y saboreado con este manjar de amor de Dios, en cualquier cosa o trato que se le ofrece, luego en continente, sin mirar otro gusto o respeto, se inclina la voluntad a buscar y gozar en aquello que su Amado.

2b. Como hizo María Magdalena cuando con ardiente amor andaba buscándole por el huerto, pensando que era el hortelano, sin otra razón ni acuerdo le dijo:

2c. Juan 20, 15: Si tú me le tomaste dímelo, y yo le tomaré.

2d. Trayendo semejante ansia esta alma de hallarle en todas las cosas, y no hallándole luego como desea, antes muy al revés, no solo no las gusta, mas también le son tormento, y a veces muy grande.

2e. Semejantes almas padecen mucho en tratar con la gente y otros negocios, porque antes la estorban que la ayudan a su pretensión.

3a. Estas tres propiedades da bien a entender la esposa que tenía ella cuando buscaba su esposo en los Cantares:

3b. Cantar de los cantares 5, 6-7: Busquéle y no le hallé. Pero halláronme los que rodean la ciudad, y llagáronme, y los guardas de los muros me quitaron el manto.

3c. Los que rodean la ciudad son los tratos del mundo.

3d. Cuando hallan el alma que busca a Dios, hácenle muchas llagas, penas, dolores y disgustos.

3e. No solamente en ellos no halla lo que quiere, sino antes se lo impiden.

3f. Los que defienden el muro de la contemplación para que el alma no entre en ella son los demonios y negociaciones del mundo, quitan el manto de la paz y quietud de la amorosa contemplación.

3g. El alma enamorada de Dios recibe mil desabrimientos y enojos, de los cuales, viendo que, en tanto que está en esta vida sin ver a su Dios, no puede librarse en poco o mucho de ellos prosigue los ruegos con su amado, y dice la siguiente canción.

Canción 10.

Apaga mis enojos,

pues que ninguno basta a deshacerlos;

y véante mis ojos

pues eres lumbre dellos,

y solo para ti quiero tenellos.

sábado, 24 de abril de 2021

Cántico espiritual. Canción 9, 7, El alma que ama a Dios no ha de pretender otro galardón que la perfección de amar a Dios.


 7a. ¿Y no tomas el robo que robaste?

7b. Conviene a saber: ¿Por qué no tomas el corazón que robaste por amor, para henchirle[1] y hartarle y acompañarle y sanarle, dándole asiento y reposo cumplido en ti?

7c. No puede dejar de desear el alma enamorada, por más conformidad que tenga con el Amado, la paga y salario de su amor, por el cual salario sirve al Amado.

7d. De otra manera no sería verdadero amor.

7e. El salario y paga del amor no es otra cosa, ni al alma puede querer otra, sino más amor, hasta llegar a la perfección de amor.

7f. El amor no se paga sino de sí mismo.

7g. Según lo dio a entender el profeta Job cuando, hablando con la misma ansia y deseo que aquí está el alma, dijo:

7h. Job 7, 2: Así como el siervo desea la sombra, y como el jornalero espera el fin de su obra, así yo tuve vacíos los meses, y conté las noches trabajosas para mí. Si durmiere, diré: ¿cuándo llegará el día, en que me levantaré? Y luego volveré otra vez a esperar la tarde y seré lleno de dolores hasta las tinieblas de la noche.

7i. El alma encendida en amor de Dios desea el cumplimiento y perfección del amor para tener allí cumplido refrigerio.

7j. Como el siervo fatigado del estío desea el refrigerio[2] de la sombra, y como el mercenario espera el fin de la obra, espera ella el fin de la suya.

7k. Es de notar que no dijo el profeta Job que el mercenario esperaba el fin del trabajo, sino el fin de su obra, para dar a entender lo que vamos diciendo, es a saber:

7l. El alma que ama no espera el fin de su trabajo, sino el fin de su obra, porque su obra es amor.

7m. De esta obra, que es amar, espera ella el fin y remate que es la perfección y cumplimiento de amar a Dios.

7n. El cual hasta que se cumpla, siempre está de la figura en que en la dicha autoridad le pinta Job, teniendo los días y los meses por vacíos y contando las noches trabajosas y prolijas para sí.

7ñ. En lo dicho queda dado a entender cómo el alma que ama a Dios no ha de pretender ni esperar otro galardón de sus servicios sino la perfección de amar a Dios.



[1] Henchir: 2. Colmar (// dar con abundancia). www.rae.es

[2] Refrigerio: 2. Beneficio o alivio que se siente con lo fresco.

miércoles, 21 de abril de 2021

Cántico espiritual. Canción 9 - I. Flechazo-enamoramiento-ausencia-robo del corazón-búsqueda de la persona amada. Vocación-fe-ausencia-robo del corazón-oración.-


 Canción 9.

¿Por qué, pues has llagado

aqueste corazón, no le sanaste?

Y, pues me le has robado,

¿por qué así le dejaste,

y no tomas el robo que robaste?

 

Anotación.

1a. A manera de ciervo, que, cuando está herido con yerba, no descansa ni sosiega, buscando por acá y por allá remedios, ahora engolfándose en sus aguas, ahora en otras, y siempre le va creciendo más en todas las ocasiones y remedios que toma el toque de la yerba, hasta que se apodera bien del corazón y viene a morir.

1b. Así el alma que anda tocada de la yerba del amor, cuando esta de que tratamos aquí, nunca cesando de buscar remedios para su dolor, no solamente no los halla, mas antes todo cuanto piensa, dice y hace le aprovecha para más dolor.

1c. Ella ya no tiene más remedio sino venirse a ponerse en las manos del que la hirió, para que, despenándola, la acabe ya de matar con la fuerza del amor, vuélvese a su Esposo, que es la causa de todo esto.

Declaración.

2a. Vuelve el alma en esta canción a hablar con el Amado todavía con la querella[1] de su dolor.

2b.El amor impaciente, cual aquí muestra tener el alma no sufre ningún ocio ni da descanso a su pena, proponiendo de todas maneras sus ansias hasta hallar el remedio.

2c. Como se ve llagada y sola, no teniendo otro ni otra medicina sino a su Amado, que es el que la llagó.

2d. Dícele que, pues él llagó su corazón con el amor de su noticia, que por qué no la ha sanado con la vista de su presencia.

2e. Pues él se le ha también robado por el amor con que le ha enamorado, sacándosele de su propio poder, que por qué le ha dejado así.

2f. El que ama ya no posee su corazón, pues lo ha dado al Amado.

2g. No le ha puesto de veras en el suyo, tomándole para sí en entera y acaba transformación de amor en gloria.

3a. ¿Por qué, pues has llagado / aqueste corazón, no le sanaste?

3b. No se querella porque la haya llagado, porque el enamorado, cuanto más herido, está más pagado, sino que habiendo llagado el corazón no le sanó acabándole de matar.

3c. Son las heridas de amor tan dulces y tan sabrosas que, si no llegan a morir, no las pueden satisfacer.

3d. Sonle tan sabrosas, que querría la llagasen hasta acabarla de matar.

3e. Por eso dice: ¿Por qué, pues has llagado aqueste corazón, no le sanaste?

3f. ¿Por qué, pues le has herido hasta llagarle, no le sanas, acabándole de matar de amor?

3g. Eres tú la causa de la llaga en dolencia de amor, sé tú la causa de la salud en muerte de amor.

3h. De esta manera, el corazón está llagado con el dolor de tu ausencia, sanará con el deleite y gloria de tu dulce presencia.

3i. Y añade diciendo:

3j. Y pues me le has robado, ¿por qué así le dejaste?

4a. Robar no es otra cosa que desaposesionar de lo suyo a dueño y aposesionarse de ello el robador.

4b. Esta querella propone aquí el alma al Amado diciendo que, pues él ha robado su corazón por amor y sacándole de su podere y posesión, por qué le ha dejado así, sin ponerle de veras en la suya, tomándole para sí, como hace el robador al robo que robó, que de hecho se le lleva consigo.

5a. Por eso el que está enamorado se dice tener el corazón robado o arrobado de aquel a quien ama.

5b. Le tiene fuera de sí, puesto en la cosa amada.

5c. Así no tiene corazón para sí, sino para aquello que ama.

5d. De aquí podrá bien conocer el alma si ama a Dios puramente o no.

5e. Si le ama, no tendrá corazón para sí propia ni para mirar su gusto y provecho, sino para honra y gloria de Dios y darle a él gusto.

5f. Cuanto más tiene corazón para sí, menos le tiene para Dios.

6a.  Verse ha si el corazón está bien robado de Dios en una de dos cosas:

6b. En si trae ansias por Dios, y no gusta de otra cosa sino de él, como aquí muestra el alma.

6c. La razón es porque el corazón no puede estar en paz y sosiego sin alguna posesión, y, cuando está bien aficionado[2], ya no tiene posesión de sí ni de alguna otra cosa.

6d. Y si tampoco posee cumplidament3e lo que ama, no le puede faltar tanta fatiga es la falta hasta que lo posea y se satisfaga.

6e. Hasta entonces está el alma como vaso vacío, que espera su lleno.

6f. Como el hambriento, que desea el manjar, y como el enfermo, que gime por la salud, y como el que está colgado en el aire, que no tiene en qué estribar[3].

6g. De esta manera está el corazón enamorado.

6h. Sintiendo aquí el alma por experiencia, dice: ¿por qué le dejaste:

6i. Es a saber: Vacío, hambriento, solo, llagado y doliente de amor, suspenso en el aire.

 



[1] Querella: 1. Expresión de un dolor físico o de un sentimiento doloroso. www.rae.es

[2] Aficionar: 2. Prendarse de alguien.

[3] Estribar: 2. Fundarse (// apoyarse).

martes, 20 de abril de 2021

Cántico espiritual. Canción 8. El ser humano es agónico, lucha dolorosa entre el alma que desea el encuentro con Dios y el cuerpo que le impide la vida sabrosa de este encuentro.

Canción 8.

Mas ¿cómo perseveras,

¡oh vida!, no viviendo donde vives,

y haciendo porque mueras

las flechas que recibes

de lo que del Amado en ti concibes?

 

Anotación para la canción siguiente.

1a. Acerca de las demás criaturas acaecen al alma algunas ilustraciones al modo que habemos dicho aunque no tan subidas.

1b. Cuando Dios hace merced al alma de abrirle la noticia y el sentido del espíritu en ellas.

1c. Las cuales parece están dando a entender grandezas de Dios que no acaban de dar a entender.

1d. Es como que van a dar a entender y se quedan por entender.

1e. Es un no sé qué que quedan balbuciendo.

1f. El alma va adelante con su querella y habla con la vida de su alma en la canción.

Declaración.

2a. Como el alma se ve morir de amor, según acaba de decir, y que no se acaba de morir para poder gozar del amor con libertad, quéjase de la duración de la vida corporal, a cuya causa se le dilata la vida espiritual.

2b. En esta canción habla con la misma vida de su alma encareciendo[1] el dolor que le causa.

2c. El sentido de la canción es: Vida de mi alma, ¿cómo puedes perseverar en esta vida de carne, pues te es muerte y privación de aquella vida verdadera espiritual de Dios, en que por esencia, amor y deseo más verdaderamente que en el cuerpo vives?

2d. Ya que esto no fuese causa para que salieses y librases del cuerpo de esta muerte para vivir y gozar la vida de tu Dios.

2e. Romanos 7, 24: “¡Desgraciado de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? ¡Gracias a Dios, por Jesucristo nuestro Señor!”.

2f. ¿Cómo todavía puedes perseverar en el cuerpo tan frágil, pues, demás de esto, son bastantes solo por sí para acabarte la vida las heridas que recibes de amor de las grandezas que se te comunican de parte del Amado, que todas ellas vehementemente te dejan herida de amor?

2g. ¿Y así cuantas cosas de él sientes y entiendes, tantos toques y heridas, que de amor matan y recibes?

2h. Más, ¿cómo perseveras, / ¡oh vida!, no viviendo donde vives?

3a. Para cuya inteligencia[2] es de saber que el alma más vive donde ama que en el cuerpo donde anima.

3b. En el cuerpo ella no tiene su vida, antes ella le da al cuerpo, y ella vive por amor en lo que ama.

3c. Pero demás de esta vida de amor, por el cual vive en Dios el alma que le ama, tiene el alma su vida radical y naturalmente, como también todas las cosas criadas, en Dios, según aquello de san Pablo, que dice:

3d. Hechos 17, 28: En él vivimos, y nos movemos y somos.

3e. Que es decir: En Dios tenemos nuestra vida y nuestro movimiento y nuestro ser.

3f. Juan 1, 4: Que todo lo que fue hecho era vida en Dios.

3g. Juan 1, 4: “En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”.

3h. Como el alma ve que tiene su vida natural en Dios por el ser que en él tiene.

3i. Y también su vida espiritual por el amor con que le ama, quéjase y lastímase que puede tanto una vida tan frágil en cuerpo mortal, que la impida gozar una vida tan fuerte, verdadera y sabrosa como vive en Dios por naturaleza y amor.

3j. Es grande el encarecimiento que el alma hace.

3k. Da aquí a entender que padece en dos contrarios, que son vida natural en cuerpo y vida espiritual en Dios.

3l. Son contrarios en sí, por cuanto repugna el uno al otro.

3m. Viviendo ella en entrambas por fuerza ha de tener gran tormento.

3n. La una vida penosa le impide la otra sabrosa, tanto que la vida natural le es a ella como muerte.

3ñ. Por ella está privada de la espiritual, en que tiene todo su ser y vida por naturaleza, y todas sus operaciones y afecciones por amor.

4a. Y haciendo porque mueras / las flechas que recibes.

4b. Como si dijera: Y demás de lo dicho ¿cómo puedes perseverar en el cuerpo, pues por sí solo bastan a quitarle la vida los toques de amor, que eso entiende por flechas, que en tu corazón hace el Amado?

4c. Los cuales toques de tal manera fecundan el alma y el corazón de inteligencia y amor de Dios, que se puede bien decir que concibe de Dios, según lo dice el verso siguiente.

4d. De lo que del Amado en ti concibes.

5. Es a saber de la grandeza, sabiduría, gracia y virtudes que de él entiendes.



[1] Encarecer: 2. Ponderar, alabar mucho algo. www.rae.es

[2] Inteligencia: 3. Conocimiento, comprensión, acto de entender.

Llama de amor viva. Canción 1, 23. Encuentro entre dos desiguales: Dios inmenso y el alma estrecha, amargura hasta hallar el deleite divino.

  23a. Esta llama de suyo en extremo es amorosa, y tierna y amorosamente embiste en la voluntad. 23b. Y la voluntad de suyo es seca y dura...