6a. Y
mateme tu vista y hermosura.
6b.
Pues tanto es el deleite de la vista de tu ser y hermosura que no la puede
sufrir mi alma, sino que tengo que morir en viéndola, máteme tu vista y hermosura.
7a. Dos
vistas se sabe que matan al hombre, por no poder sufrir la fuerza y eficacia de
la vista.
7b. La
una es la del basilisco[1],
con cuya vista se mueren luego.
7c.
Luego, otra es la vista de Dios.
7d.
Pero son muy diferentes las causas.
7e. La una
vista mata con gran ponzoña[2],
y la otra con inmensa salud y bien de gloria.
7f. No
hace mucho aquí el alma en querer morir a vista de la hermosura de Dios para
gozarla para siempre; pues que, si el alma tuviese un solo barrunto[3]
de la alteza y hermosura de Dios, no solo una muerte apetecería por verla ya
para siempre, como aquí desea.
7g.
Pero mil acerbísimas[4]
muertes pasaría muy alegre por verla un solo momento, y, después de haberla
visto, pediría padecer otras tantas por verlas otro tanto.
8a. Aquí el alma habla condicionalmente
cuando dice que “la mate su vista y hermosura”, supuesto que no puede verla sin
morir; que, si sin eso pudiera ser, no pidiera que la matara.
8b. Querer morir es imperfección natural.
8c. Supuesto que no puede estar vida
corruptible de hombre con la otra vida inmarcesible[5]
de Dios, dice: Máteme, etc.
9a. Esta doctrina da a entender san Pablo a
los corintios, diciendo:
9b. 2 Corintios 5, 4: No queremos ser
despojados, mas queremos ser sobrevestidos, porque lo que es mortal sea absorto
de la vida.
9c. Que es decir: No deseamos ser despojados
de la carne, mas ser sobrevestidos de gloria.
9d. Pero, viendo él que no se puede vivir en
gloria y en carne mortal juntamente, como decimos, dice a los filipenses que
desea ser desatado y verse con Cristo.
9e. Filipenses 1, 23-24: “Me encuentro en
esta alternativa: por un lado, deseo partir para estar con Cristo, que es con
mucho mejor, pero, por otro, quedarme en esta vida veo que es más necesario
para vosotros”.
9f. Hay qui una duda, y es: ¿Por qué los
hijos de Israel antiguamente huían y temían ver a Dios por no morir, como dijo
Manué a su mujer, y esta alma a la vista de Dios desea morir?
9g. Jueces 13, 22: “Y le dijo a su esposa:
Seguramente vamos a morir, porque hemos visto a Dios”.
9h. A lo cual se responde que por dos causas:
9i. La una, porque en aquel tiempo, aunque
muriesen en gracia de Dios, no le habían de ver hasta que viniese Cristo.
9j. Mucho mejor les era vivir en carne
aumentando los merecimientos y gozando la vida natural, que estar en el limbo[6]
sin merecer y padeciendo tinieblas y espiritual ausencia de Dios.
9k. Por lo cual tenían entonces por gran
merced de Dios y beneficio suyo vivir muchos años.
10a. La segunda causa es de parte del amor.
10b. Como aquellos no estaban tan
fortalecidos en amor ni tan llegados a Dios por amor, temían morir a su vista.
10c. Ahora ya en la ley de la gracia, que, en
muriendo el cuerpo, puede ver el alma a Dios, más sano es querer vivir poco y
morir para verle.
10d. Ya que esto no fuera, amando el alma a
Dios, como esta le ama, no temiera morir a su vista.
10e. El amor verdadero todo lo que le viene
de parte del amado, ahora sea adverso, ahora próspero, y los mismos castigos,
como sea cosa que él quiera hacer los recibe con la misma igualdad y le hace
gozo y deleite.
10f. 1 Juan 4, 18: la perfecta caridad echa
fuera todo temor.
10g. No puede ser al alma que ama amarga la
muerte, pues en ella halla todas sus dulzuras y deleites de amor.
10h. No le puede ser triste su memoria, pues
en ella halla junta la alegría.
10i. Ni le puede ser pesada y penosa, pues es
el remate de todas sus pesadumbres y penas y principio de todo bien.
10j. Tiénela por amiga y esposa.
10k. Con su memoria se goza en el día de su
desposorio y bodas.
10l. Más desea aquel día y aquella hora en
que ha de venir su muerte que los reyes de la tierra desearon los reinos y
principados.
10m. De esta suerte de muerte dice el sabio:
10n. Eclesiástico 41, 3: ¡Oh muerte! Bueno es
tu juicio para el hombre que se siente necesitado.
10ñ. La cual, si para el hombre que se siente
necesitado de cosas de acá es buena, no habiendo de suplirle sus necesidades,
sino antes despojarlo de lo que tenía.
10o. ¿Cuánto mejor será su juicio para el
alma que está necesitada de amor como esta, que está clamando por más amor,
pues no solo no la despojará de lo que tenía, sino antes le será causa del cumplimiento
de amor que deseaba en atreverse a decir sin temor:
10p. Máteme tu vista y hermosura.
10q. Pues que sabe que en aquel mismo punto
que la viese, sería ella arrebatada a la misma hermosura.
10r. Absorta en la misma hermosura y
transformada en la misma hermosura y ser ella hermosa como la misma hermosura,
y abastada[7]
y enriquecida como la misma hermosura.
10s. Por eso dice David que:
10t. Salmo 115, 15: la muerte de los santos
es preciosa en la presencia del Señor.
10u. Lo cual no sería si no participasen sus
mismas grandezas.
10v. Delante de Dios no hay nada precioso
sino lo que él es en sí mismo.
10w. Por eso el alma no teme morir cuando
ama, antes lo desea.
10x. Pero el pecador siempre teme morir
porque barrunta que la muerte, como los bienes le ha de quitar y todos los
males le ha de dar. como dice David:
10y. Salmo 33, 22: la muerte de los pecadores
es pésima.
10z. Y, por eso, como dice el Sabio le es:
amarga en su memoria.
10za. Eclesiástico 41, 1: “¡Oh muerte, qué amargo
es tu recuerdo para el que vive tranquilo entre sus bienes, para el hombre
despreocupado que prospera en todo y todavía es capaz de saborear la comida!”
10zb. Como aman mucho la vida de este siglo y
poco la del otro, temen mucho la muerte.
10zc. El alma que ama a Dios, más vive en la
otra vida que en esta.
10zd. Más vive el alma adonde ama que donde
anima.
10ze. Así tiene en poco esta vida temporal.
10zf. Por esto dice: Mátame tu vista, etc.
[1]
Basilisco: 1. Animal fabuloso al cual se le atribuía la propiedad de matar con
la vista. www.rae.es
[2]
Ponzoña: 1. Sustancia que tiene en sí cualidades nocivas para la salud, o
destructivas de la vida.
[3]
Barrunto: 2. Indicio, noticia.
[4]
Acerbo: 2. Cruel, riguroso, desapacible.
[5]
Inmarcesible: 1. Que no se puede marchitar.
[6]
Limbo: 1. En la doctrina tradicional católica, lugar a donde irán las almas de
quienes mueren sin el bautismo antes de tener uso de razón.
[7]
Abastar: 3. Satisfacerse, contentarse.