miércoles, 31 de marzo de 2021

Cántico espiritual. Canción 3, 2-3. Buscando mis amores. Sin esfuerzo no hay encuentro con Dios.

2a. Buscando mis amores, esto es, a mi amado, etc.

2b. Da a entender aquí el alma que para hallar a Dios de veras no basta solo orar con el corazón y la lengua, ni tampoco ayudarse de beneficios ajenos.

2c. Junto con eso es menester obrar de su parte lo que en sí es.

2d. Más suele estimar Dios una obra de la propia persona, que muchas que otras hacen por ella.

2e. Acordándose aquí el alma del dicho del Amado que dice:

2f. Lucas 11, 9: Buscad y hallaréis.

2g. Ella misma se determina a salir a buscarle por la obra, por no quedar sin hallarle, como muchos que no querrían que les costase Dios más que hablar, y aun eso mal.

2h. Y por él no quieren hacer casi cosa que les cueste algo.

2i. Algunos aun no levantarse de un lugar de su gusto y contento por él, sino que así se les viniese el sabor de Dios a la boca y al corazón, sin dar paso y mortificarse en perder alguno de sus gustos, consuelos y quereres inútiles.

2j. Aunque más voces den a Dios no le hallarán.

2k. Así le buscaba la esposa en los Cantares y no le haló hasta que salió a buscarle.

2l. Cantar de los Cantares 3, 1: En mi lecho de noche busqué al que ama mi alma: busquéle y no le hallé; levantarme he y rodearé la ciudad: por los arrabales y las plazas buscaré al que ama mi alma.

2m. Y después de haber pasado algunos trabajos, dice que le halló.

2n. Cantar de los Cantares 3, 4: “En cuanto los hube pasado, encontré al amor de mi alma. Lo abracé y no lo solté, hasta meterlo en mi casa materna, en la alcoba de la que me concibió”.

3a. El que busca a Dios queriéndose estar en su gusto y descanso, de noche le busca y así no le hallará.

3b. El que le busca por el ejercicio y obras de las virtudes, dejando aparte el lecho de sus gustos y deleites, este le busca de día, y así le hallará.

3c. Lo que de noche no se halla, de día parece.[1]

3d. Esto da a entender bien el mismo Esposo en el libro de la Sabiduría, diciendo:

3e. Sabiduría 6, 12-14: Clara es la sabiduría, y nunca se marchita, y fácilmente es vista de los que la aman y es hallada de los que la buscan. Previene a los que la codician, para mostrarse primero a ellos. El que por la mañanica madrugare a ella, no trabajará, porque la hallará sentada a la puerta de su casa.

3f. En lo cual da a entender que en saliendo el alma de la casa de su propia voluntad y del lecho de su propio gusto, acabado de salir, luego allí afuera hallará a la dicha Sabiduría divina, que es el Hijo de Dios, su Esposo.

3g. Que, por eso, dice el alma aquí: buscando a mis amores.



[1] Parecer: 5. Dicho de una cosa que estaba perdida u oculta. Hallarse o encontrarse.

martes, 30 de marzo de 2021

Cántico espiritual. Canción 3. Declaración, 1. El alma que de veras a Dios ama hace todo lo que puede para encontrarle y estar con Él.

 

Canción 3.

Buscando mis amores,

iré por esos montes y riberas;

ni cogeré las flores,

ni temeré las fieras,

y pasaré los fuertes y fronteras.

Declaración.

1a. Viendo el alma que para hallar al Amado no le bastan gemidos y oraciones, ni tampoco ayudarse de buenos terceros.

1b. El deseo con que le busca es verdadero y su amor grande.

1c. No quiere dejar de hacer alguna diligencia[1] de las que de su parte puede.

1d. El alma que de veras a Dios ama, no empereza[2] hacer cuanto puede por hallar al Hijo de Dios su Amado.

1e. Y aun después, que lo ha hecho todo, no se satisface ni piensa que ha hecho nada.

1f. En esta tercera canción dice que ella misma por la obra le quiere buscar.

1g. Dice el modo que ha de tener en hallarlo.

1h. Conviene a saber, que ha de ir ejercitándose en las virtudes y ejercicios espirituales de la vida activa y contemplativa.

1i. Para esto no ha de admitir deleites ni regalos algunos.

1j. Ni bastarán a detenerla e impedirla este camino todas las fuerzas y asechanzas de los tres enemigos del alma, que son: mundo, demonio y carne.



[1] Diligencia. 1.Cuidado y actividad en ejecutar algo.

[2] Emperezar: 1. Retardar, dilatar, entorpecer la expedición o movimiento de algo.

Cantico espiritual, 2, 6-8. Dolencia, pena y muerte; entendimiento, voluntad y memoria; fe, caridad y esperanza.


6a. Decidle que adolezco, peno y muero.

6b. En el cual representa el alma tres necesidades: dolencia, pena y muerte.

6c. El alma que de veras ama a Dios con amor de alguna perfección, en la ausencia padece ordinariamente de tres maneras, según las potencias del alma, que son entendimiento, voluntad y memoria.

6d. Acerca del entendimiento dice que adolece porque no ve a Dios que es salud del entendimiento.

6f. Salmo 34, 3: Yo soy tu salud.

6g. Acerca de la voluntad dice que pena, porque no posee a Dios, que es refrigerio y deleite de la voluntad.

4h. Salmo 35, 9: Con el torrente de tu deleite nos hartarás.

6i. Acerca de la memoria dice que muere, porque, acordándose que carece de todos los bienes del entendimiento, que es ver a Dos y de los deleites de la voluntad, que es poseerle.

6j. Y que también es posible carecer de él para siempre entre los peligros y ocasiones de esta vida, padece en esta memoria sentimiento a manera de muerte.

6k. Porque echa de ver que carece de la cierta y perfecta posesión de Dios, el cual, es vida del alma, según lo dice Moisés.

6l. Deuteronomio 30, 20: Él ciertamente es tu vida.

7a. Estas tres maneras de necesidades representó también Jeremías a Dios en los Trenos[1].

7b. Lamentaciones 3, 19: Recuérdate de mi pobre y del ajenjo[2] y de la hiel.

7c. La pobreza se refiere al entendimiento, porque a él pertenecen las riquezas de la sabiduría del Hijo de Dios, en el cual, como dice san Pablo, están encerrados todos los tesoros de Dios.

7d. Colosenses 2, 3: “En él están encerrados todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento”.

7e. El ajenjo, que es yerba amarguísima, se refiere a la voluntad.

7f. A esta potencia pertenece la dulzura de la posesión de Dios, del cual careciendo se queda con amargura.

7g. Que la amargura pertenezca a la voluntad espiritualmente, se da a entender en el Apocalipsis, cuando el ángel dijo a san Juan que, en comiendo aquel libro, le haría amargar el vientre, entendiendo aquí por la voluntad.

7h. Apocalipsis 10, 9: “Me acerqué al ángel y le pedí que me diera el librito. Él me dice: “Toma y devóralo; te amargará en el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel”.

7i. La hiel se refiere no solo a la memoria, sino a todas las potencias y fuerzas del alma, porque la hiel significa la muerte del alma según da a entender Moisés, hablando con los condenados en el Deuteronomio.

7j. Deuteronomio 32, 33: Hiel de dragones será el vino de ellos y veneno de áspides insanable.

7k. Lo cual significa allí el carecer de Dios, que es muerte del alma.

7l. Estas tres necesidades y penas, están fundadas en las tres virtudes teologales, que son: fe, caridad y esperanza.

7m. Las cuales se refieren a las tres dichas potencias por el orden que aquí se ponen: entendimiento, voluntad y memoria.

8a. El alma en el dicho verso no hace más que representar su necesidad y pena al amado.

8b. El que discretamente ama no cura[3] de pedir lo que le falta y desea, sino de representar su necesidad para que el Amado haga lo que fuere servido.

8c. Como cuando la bendita Virgen dijo al amado Hijo en las bodas de Caná de Galilea, no pidiéndole derechamente el vino sino diciéndole:

8d. Juan 2, 3: No tienen vino.

8e. Y las hermanas de Lázaro le enviaron no a decir que sanase a su hermano sino a decir que mirase que al que amaba estaba enfermo.

8f. Juan 11,3: “Señor, el que tú amas está enfermo”.

8g. Esto por tres cosas: la primera, porque mejor sabe el Señor que nos conviene a nosotros.

8h. La segunda porque más se compadece el Amado viendo la necesidad del que le ama y su resignación.

8i. La tercera, porque más seguridad lleva el alma acerca del amor propio y propiedad en representar la falta, que en pedir a su parecer lo que le falta.

8j. Ni más ni menos hace ahora el alma representando sus tres necesidades y, es como si dijera:

8k. Decid a mi Amado que, pues adolezco, y él solo es mi salud, que me dé mi salud.

8l. Y que, pues peno, y él solo es mi gozo, que me dé mi gozo.

8m. Y que, pues muero, y él solo es mi vida, que me dé mi vida.



[1] Treno: 1. Canto fúnebre o lamentación por alguna calamidad o desgracia. 2. Por antonomasia. Cada una de las lamentaciones del profeta Jeremías.

[2] Ajenjo: 1. Planta perenne de la familia de las compuestas, como de un metro de altura, bien vestida de ramas, y hojas un poco felpudas, blanquecinas y de un verde claro, amarga, algo aromática y de uso medicinal. 3. Bebida amarga elaborada con ajenjo.

[3] Curar: 5. Remediar un mal.

miércoles, 24 de marzo de 2021

Cántico espiritual, 2-4-5. Amar a Dios es confiar en su libertad desde la disponibilidad a darselo todo confiando en que Él te de todo su Amor y Auxilio.

 

Si por ventura[1] viéredes.

4a. Es tanto como decir: si por mi buena dicha y ventura llegáredes a su presencia, de manera que él os vea y os oiga.

4b. Aunque es verdad que Dios todo lo sabe y entiende y hasta los mismos pensamientos del alma ve y nota, entonces se dice ver nuestras necesidades y oraciones u oírlas, cuando las remedia o las cumple.

4c. Deuteronomio 31, 21: “Entonces cuando le ocurran innumerables males y desgracias, este cántico dará testimonio contra él, pues su descendencia no se olvidará de recitarlo, porque conozco los planes que ya traza hoy, antes de haberlo llevado a la tierra que prometí con juramento”.

4d. No cualesquiera necesidades y peticiones llegan a colmo que las oiga Dios para cumplirlas, hasta que en sus ojos lleguen a bastante sazón y tiempo y número.

4e. Y entonces se dice verlo y oírlo.

4f. En el Éxodo después de cuatrocientos años que los hijos de Israel habían estado afligidos en la servidumbre de Egipto, dijo Dios a Moisés:

4g. Éxodo 3, 7-8: Vi la aflicción de mi pueblo y he bajado para librarlo.

4h. Como quiera que siempre la hubiese visto.

4i. También dijo Gabriel a Zacarías que no temiese, porque ya Dios había oído su oración en darle el hijo que muchos años le había andado pidiendo, como quiera que siempre le hubiese oído.

4j. Lucas 1, 13: “Pero el ángel le dijo: No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan”.

4k. Ha de entender cualquiera alma que, aunque Dios no acuda luego a su necesidad y ruego, que no por eso dejará de acudir en el tiempo oportuno el que es ayudador, como dice David en las oportunidades y en la tribulación, si ella no desmayase y cesare.

4l. Salmo 9, 10: “El será refugio del oprimido, su refugio en los momentos de peligro”.

4m. Esto quiere decir aquí el alma cuando dice: si por ventura viéredes, es a saber, si por ventura es llegado el tiempo en que tenga por bien de otorgar mis peticiones.

5a. Aquel que yo más quiero.

5b. Es a saber, más que todas las cosas.

5c. Lo cual es verdad cuando al alma no


[1] Ventura: 2: suerte. 3: Contingencia (posibilidad de que algo suceda o no suceda) o casualidad. 5: Suceso o lance extraño, aventura. www.rae.es

martes, 23 de marzo de 2021

Cántico espiritual, 2, 1-3. Los pastores, es decir, los deseos, afectos y gemidos y los ángeles, que nos ayudan en la búsqueda de Dios.

 


Canción 2.

Pastores, los que fuéredes

allá por las majadas[1] al otero[2],

si por ventura viéredes

aquel que yo más quiero,

decidle que adolezco, peno y muero.

Declaración.

1a. En esta canción el alma se quiere aprovechar de terceros y medianeros para con su amado, pidiéndoles le den parte de su dolor y pena.

1b. Propiedad es del amante, ya que por la presencia no pueda comunicarse con el amado, de hacerlo con los mejores medios que puede.

1c. El alma, de sus deseos, afectos y gemidos se quiere aprovechar como de mensajeros que tan bien saben manifestar lo secreto del corazón de su Amado.

1d. Y así, los requiere que vayan diciendo:

2a. Pastores, los que fuéredes.

2b. Llamando pastores a sus deseos, afectos y gemidos, por cuanto ellos apacientan el alma de bienes espirituales.

2c. Pastor quiere decir apacentador.

2d. Mediante ellos se comunica Dios a ella y le da divino pasto.

2e. Sin ellos poco se le comunica.

2f. Los que fuéredes, que es como decir, lo que de puro amor saliéredes.

2g. No todos los afectos y deseos van hasta él, sino los que salen de verdadero amor.

3a. Allá por las majaras al otero.

3b. Llama majadas a las jerarquías y coros de los ángeles.

3c. Por los cuales de coro en coro van nuestros gemidos y oraciones a Dios.

3e. Al cual llama otero, por ser él la suma alteza.

3f. Porque él, como en el otero, se otean[3] y ven todas las cosas y las majadas superiores e inferiores.

3g. Al cual van nuestras oraciones, ofreciéndolas los ángeles, según lo dijo el ángel a Tobías:

3h. Tobías 12, 12: Cuando orabas con lágrimas y enterrabas los muertos, yo ofrecía tu oración a Dios.

3j. Se puede entender estos pastores del alma por los mismos ángeles.

3k. No solo llevan a Dios nuestros recaudos[4], sino también traen los de Dios a nuestras almas, apacentándolas como buenos pastores, de dulces comunicaciones e inspiraciones de Dios, por cuyo medio Dios también las hace.

3l. Ellos nos amparan y defienden de los lobos, que son los demonios.

3m. Ahora, pues, se entienda estos pastores por los afectos, ahora por los ángeles, todo sea el alma que le sean parte y medio para con su amado.



[1] Majada: 1. Lugar donde se recoge de noche el ganado y se albergan los pastores. www.rae.es

[2] Otero: 1. Cerro aislado que domina un llano.

[3] Otear: 1. Registrar desde un lugar alto lo que está abajo.

[4] Recaudo. 5: Documento que justifica las partidas de una cuenta.

lunes, 22 de marzo de 2021

Cántico espiritual 1, 20-22: Salí tras ti clamando, y eras ido. La ausencia de Dios en el alma, tormento de la persona santa.

Salí tras ti clamando, y eras ido.

20a. En las heridas de amor no puede haber medicina sino de parte del que hirió.

20b. Por eso esta herida alma salió en la fuerza del fuego que causó la herida tras su Amado.

20c. Que la había herido, clamando a él para que la sanase.

20d. Este salir espiritualmente se entiende aquí de dos maneras, para ir tras Dios:

20e. La una, saliendo de todas las cosas, lo cual se hace por aborrecimiento y desprecio de ellas.

20f. La otra, saliendo de sí misma por olvido de sí, lo cual se hace por el amor de Dios.

20g. Cuando este toca al alma con las veras[1] que se va diciendo aquí, de tal manera la levanta, que no solo la hace salir de sí misma por olvido de sí.

20h. Aún de sus quicios[2] y modos e inclinaciones naturales las saca, clamando por Dios.

20i. Es como si dijera: Esposo mío, en aquel toque tuyo y herida de amor sacaste mi alma, no solo de todas las cosas, mas también la sacaste e hiciste salir de sí.

20j. Porque, a la verdad, y aun de las carnes parece la saca, y levantársela a ti clamando por ti, ya desasida de todo para asirse a ti.

21a. Y eras ido. Como si dijera:

21b. Al tiempo que quiso comprender tu presencia, no te hallé, y quedéme desasida[3] de lo uno y sin asir[4] lo otro.

21c. Penando en los aires de amor sin arrimo de ti y de mí.

21d. Esto que aquí llama el alma “salir” para ir a buscar el Amado, llama la esposa en los Cantares “levantar”, diciendo:

21e. Levantarme he y buscaré al que ama mi alma, rodeando la ciudad, por los arrabales y las plazas, Busquéle, dice, y no le hallé, y llagáronme.

21f. Cantar de los Cantares 3, 2: “Me levantaré y rondaré por la ciudad, por las calles y las plazas, buscaré al amor de mi alma. Lo busqué y no lo encontré”.

21g. Cantar de los Cantares, 5, 7: “Me encontraron los centinelas, que hacen la ronda por la ciudad; me golpearon, me hirieron, me desgarraron el velo los centinelas de la muralla.

21h. Levantarse el alma esposa, se entiende allí, hablando espiritualmente, de lo bajo a lo alto.

21i. Es lo mismo que aquí dice el alma salir, esto es: de su modo y amor bajo al alto amor de Dios.

21j. Dice la esposa que quedó llagada, porque no le hallí.

21k. Aquí el alma también dice que está herida de amor, y la dejó así.

21l. El enamorado vive siempre penando en la ausencia.

21m. Porque él está ya entregado al alma, esperando la paga de la entrega que ha hecho, y es la entrega del Amado a él, y todavía no se le da.

21n. Estando ya perdido a todas las cosas y a sí mismo por el amado, no ha hallado la ganancia de su pérdida, pues carece de la posesión del que ama su alma.

22a. Esta pena y sentimiento de la ausencia de Dios suele ser tan grande a los que van llegando al estado de perfección.

22b. Al tiempo de estas divinas heridas, que, si no proveyese el Señor, morirían.

22c. Como tienen el paladar de la voluntad sano y el espíritu limpio y bien dispuesto para Dios.

22d. En lo que está dicho se les da a gustar algo de la dulzura del amor divino, que ellos sobre todo modo apetecen, padecen sobre todo modo.

22e. Porque, como por resquicios se les muestra un inmenso bien y no se les concede, así es inefable[5] la pena y el tormento.



[1] Veras: 2. Eficacia, fervor y actividad con que se ejecuta o desea algo. www.rae.es

[2] Salir de su quicios, o de sus quicios algo: 1. Exceder el orden o curso natural y arreglado. Ib.

[3] Desasir: 1. Soltar, desprenderse lo asido. Ib.

[4] Asir: Tomar o coger con la mano, y en general, tomar, coger, prender.

[5] Inefable: 1. Que no se puede explicar con palabras.

jueves, 18 de marzo de 2021

Cántico espiritual. 1, 16-19. Habiéndome herido. Como Dios hiere el alma de tal modo que solo desea estar con Él. Amor es salir en tu búsqueda.

 


Habiéndome herido.

16. Que es como si dijera: no solo me bastaba la pena y el dolor que ordinariamente padezco en tu ausencia, sino que, hiriéndome más de amor con tu flecha y aumentando la pasión y el apetito de tu vista, huyes con ligereza de ciervo y no te dejas comprender algún tanto.

17a. Allende de otras muchas diferencias de visitas que Dios hace al alma, con que llaga y levanta el amor, suele hacer unos encendidos toques de amor.

17b. A manera de saeta de fuego hieren y traspasan el alma y la dejan toda cauterizada[1] con fuego de amor.

17c. Estas propiamente se llaman heridas de amor, de las cuales habla aquí el alma.

17d. Inflaman estas tanto la voluntad en afición[2] que se está el alma abrasando en fuego y llama de amor.

17e. Parece consumirse en aquella llama y la hace salir fuera de sí y renovar toda y pasar a nueva manera de ser.

17f. Así como el ave fénix que se quema y renace de nuevo.

17g. De lo cual hablando David, dice: Fui inflamado mi corazón, y las renes[3] se mudaron, y yo me resolví en nada, y no supe.

17h. Salmo 72, 21-22: “Cuando mi corazón se agriaba y me punzaba mi interior, yo era un necio y un ignorante, yo era un animal ante ti”.

18a. Los apetitos y afectos que aquí entiende el profeta por renes, todos se conmueven y mudan en divinos en aquella inflamación del corazón.

18b. El alma por amor se resuelve en nada, nada sabiendo sino amor.

18c. A este tiempo es la conmutación[4] de estas renes en grande manera de tormento y ansia por ver a Dios.

18d. Tanto, que le parece al alma intolerable rigor de que con ella usa el amor, no porque la hubo herido, porque antes tiene ella las tales heridas por salud, sino porque la dejó así penando de amor.

18e. Y no lo hirió más valerosamente, acabándola de matar para verse y juntarse con él en vida de amor perfecto.

18f. Encareciendo[5] o declarando ella su amor dice: Habiéndome herido.

18g. Es a saber, dejándome así herida, muriendo con heridas de amor de ti, te escondiste con tanta ligereza como ciervo.

19a. Este sentimiento acaece así porque en aquella herida de amor que hace Dios al alma levántase el afecto de la voluntad con súbita presteza a la posesión del Amado, cuyo toque sintió.

19b. Con esa misma presteza siente la ausencia y el no poderle poseer aquí lo que desea.

19c. Allí juntamente siente el gemido de tal ausencia, porque estas visitas tales no son como otras en que Dios recrea y satisface al alma.

19d. Porque estas solo las hace más para herir que para sanar.

19e. Más para lastimar que para satisfacer.

19f. Sirven para avivar la noticia y aumentar el apetito y, por consiguiente, el dolor y el ansia de ver a Dios.

19g. Estas se llaman heridas espirituales del amor.

19h. Las cuales son al alma sabrosísimas y deseables.

19i. Por lo cual querría ella estar siempre muriendo mil muertes a estas lanzadas, porque las hace salir de sí y entrar en Dios.

19j. Lo cual da ella a entender en el verso siguiente, diciendo: Salí tras ti clamando, y eras ido.



[1] Cauterizar: 1. Quemar una herida o destruir un tejido con una sustancia cáustica, un objeto candente o aplicando corriente eléctrica. www.rae.es

[2] Afición. 5. Ahínco, empeño.

[3] Las renes:1. Riñón.

[4] Conmutar. 1. Cambiar una cosa por otra.

[5] Encarecer: 2. Ponderar, alabar mucho algo.

miércoles, 17 de marzo de 2021

Cántico espiritual 1, 15. Como el ciervo huiste,. La fe, es decir, el amor a Cristo, es presencia y ausencia de quien es el Amor.

 


Como el ciervo huiste.

15a. En los Cantares compara la esposa al esposo al ciervo y a la cabra montesa.

15b. Cantar de los cantares 2, 9: Semejante es mi Amado a la cabra y al hijo de los ciervos.

15c. No solo por ser extraño y solitario y huir de las compañas, como ciervo.

15d. Sino también por la presteza del esconderse y mostrarse.

15e. Cual suele hacer en las visitas que hace a las devotas almas para regalarlas y animarlas, y en los desvíos y ausencias que las hace sentir después de tales visitas.

15d. Para probarlas y humillarlas y enseñarlas.

15e. Por lo cual las hace sentir con mayor dolor la ausencia.

martes, 16 de marzo de 2021

Cántico espiritual, 1, 13-14. Amado, y me dejaste con gemido. La fe es ir en busca de Dios con el corazón herido por haber sido tocado por la gracia.

 

Amado, y me dejaste con gemido?

13a. Llámale Amado para más moverle e inclinarle a su ruego.

13b. Cuando Dios es amado, con grande facilidad acude a las peticiones de su amante.

13c. Juan 15, 17: Si permaneciéredes en mí, todo lo que quisiéredes pediréis.

13d. Y hacerse ha.

13e. De donde entonces le puede el alma de verdad llamar Amado, cuando ella está entera con él, no teniendo su corazón asido a alguna cosa fuera de él.

13f. Así, de ordinario trae su pensamiento en él.

13g. Por fala de esto, dijo Dalila a Sansón que cómo podía él decir que la amaba, pues su ánimo no estaba con ella.

13h. Jueces 16, 15: “Ella se le quejó: ¿Cómo puedes decir que me amas, si tu corazón no está conmigo? Es la tercera vez que me has engañado y no me aclaras en qué reside tu enorme fuerza.

13i.En el cual ánimo se incluye el pensamiento y la afección[1].

13j. De algunos llaman al Esposo Amado, y no es amado de veras porque tiene entero con él su corazón.

13k. Y así, su petición no es en la presencia de Dios de tanto valor; por lo cual no alcanzan luego su petición, hasta que, continuando la oración, vengan a tener su ánimo más continuo con Dios y el corazón con él más entero con afección de amor.

13l. De Dios no se alcanza nada si no es por amor.

14a. En lo que dice luego: Y me dejaste con gemido, es de notar que la ausencia del Amado causa continuo gemir en el amante.

14b. Porque, como fuera de él nada ama, en nada descansa ni recibe alivio.

14c. En esto se conocerá el que de veras a Dios ama, si con ninguna cosa menos que él se contenta.

14d. Mas, ¿Qué digo se contenta?

14e. Aunque todas juntas las posea, no estará contento, antes cuanto más tuviere estará menos satisfecho.

14f. La satisfacción del corazón no se halla en la posesión de las cosas, sino en la desnudez de todas ellas y pobreza de espíritu.

14g. Por consistir en esta la perfección de amor en que se posee Dios con muy junta y particular gracia, vive el alma en esta vida, cuando ha llegado a ella, con alguna satisfacción.

14h. Aunque no con hartura, pues que David, con toda su perfección, la esperaba en el cielo, diciendo:

14i. Salmo 16, 15: Cuando pareciere tu gloria me hartaré.

14j. No le basta la paz y tranquilidad y satisfacción de corazón a que puede llegar el alma en esta vida, para que deje de tener dentro de sí gemido, aunque pacífico y no penoso, en la esperanza de lo que falta.

14k. El gemido es anejo a la esperanza.

14l. Como el que decía el apóstol que tenía él y los demás, aunque perfecto, diciendo:

14m. Romanos 8, 23: Nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, dentro de nosotros mismos gemimos, esperando la adopción de hijos de Dios.

14n. Este gemido, tiene aquí el alma dentro de sí en el corazón enamorado.

14ñ. Donde hiere el amor, allí está el gemido de la herida clamando siempre en el sentimiento de la ausencia.

14o. Mayormente cuando habiendo ella gustado alguna dulce y sabrosa comunicación del Esposo, ausentándose, se quedó sola y seca de repente.



[1] Afección: Afecto: 1. Cada una de las pasiones del ánimo, como la ira, el amor, el odio, etc., y especialmente el amor y el cariño. www.rae.es

lunes, 15 de marzo de 2021

Cántico espiritual. ¿A dónde te escondiste, Amado?, 7-12 (II). Dios es un Dios escondido. Cuanto más cerca estás de él, más escondido está en ti.

7a.¡Oh, pues, alma hermosísima entre todas las criaturas, que tanto deseas saber el lugar donde está tu Amado, para buscarle y unirte con él!

7b. Ya se te dice que tú misma eres el aposento donde él mora y el retrete[1] y escondrijo donde está escondido.

7c. Que es cosa de grande contentamiento y alegría para ti ver que todo tu bien y esperanza está tan cerca de ti, que esté en ti, o, por mejor decir, tú no puedas estar sin él.

7d. Cata[2], dice el esposo, que el reino de Dios está dentro de vosotros.

7e. Lucas 17, 21: “Ni dirán: Está aquí o Está allí; no vayáis ni corráis detrás.

7f. Y su siervo el apóstol san Pablo:

7g. 2 Corintios 6, 10: Vosotros sois templo de Dios.

8a. Grande contento es para el alma entender que nunca Dios falta del alma, aunque esté en pecado moral. ¡cuánto menos de la que está en gracia!

8b. ¿Qué más quieres, ¡oh alma!, y qué más buscas fuera de ti, pues dentro de ti tienes tus riquezas, tus deleites, tu satisfacción, tu hartura y tu reino, que es tu Amado, a quien desea y busca tu alma?

8c. Gózate y alégrate en tu interior recogimiento con él, pues le tienes tan cerca.

8d. Ahí le desea, ahí le adora, y no le vayas a buscar fuera de ti porque te distraerás y cansarás y no le hallarás ni gozarás más cierto, ni más presto, ni más cerca que dentro de ti.

8e. Solo hay una cosa, que, aunque está dentro de ti, está escondido.

8f. Gran cosa es saber el lugar donde está escondido para buscarle allí a lo cierto.

8g. Y esto es lo que tú también aquí, alma, pides cuando con afecto de amor dices: “¿A dónde te escondiste?

9a. Pero todavía dices: puesto está en mí el que ama mi alma, ¿cómo no le hallo ni le siento?

9b. La causa es porque está escondido, y tú no te escondes también para hallarle y sentirle.

9c. El que ha de hallar una cosa escondida, tan a lo escondido y hasta lo escondido donde ella está ha de entrar, y, cuando la halla, él también está escondido como ella.

9d. Como quiera, pues, que tu Esposo amado es el tesoro escondido en el campo de tu alma, por el cual el sabio mercader dio todas sus cosas.

9e. Mateo 13,44: “El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo”.

9f. Convendría que para que tú le halles, olvidadas todas las tuyas y alejándote de todas las criaturas, te escondas en tu retrete interior del espíritu.

9g. Mateo 6, 6: Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará.

9h. Y así, quedando escondida con él, entonces le sentirás en escondido, y le amarás y gozarás en escondido, y te deleitarás en escondido con él, es a saber, sobre todo lo que alcanza la lengua y sentido.

10a. ¡Ea, pues alma hermosa!, pues ya sabes que en tu seno tu deseado Amado mora escondido, procura estar con él bien escondida, y en tu seno le abrazarás y sentirás con afección de amor.

10b. Mira que ese escondido te llama él por Isaías, diciendo:

10c. Isaías 26, 20: Anda, entra en tus retretes, cierra tus puertas sobre ti.

10d. Isaías 26, 20: “Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos y cierra la puerta detrás de ti; escóndete un breve instante mientras pasa la ira”.

10e. Esto es, todas tus potencias a todas las criaturas.

10f. Escóndete un poco hasta un momento, esto es, por este momento de vida temporal.

10g. Si en esta brevedad de vida guardares, ¡oh alma!, con toda guarda tu corazón.

10h. Proverbios 4, 23: “Sobre todo, vigila tus intenciones, pues de ellas brota la vida!”.

10i. Sin duda ninguna te dará Dios lo que adelante dice Dios también por Isaías, diciendo:

10j. Isaías 45, 3: Daréte los tesoros escondidos, y descubrirte he la sustancia y misterios de los secretos.

10k. Isaías 45, 3: “Te daré los tesoros ocultos, las riquezas escondidas, para que sepas que yo soy el Señor, el Dios de Israel, que te llamo por tu nombre”.

10l. La cual sustancia de los secretos es el mismo Dios, porque Dios es la sustancia de la fe y el concepto de ella.

10m. Y la fe es el secreto y el misterio.

10n. Cuando se revelare y manifestare esto que nos tiene secreto y encubierto la fe, que es lo perfecto de Dios, como dice san Pablo, entonces se descubrirán al alma la sustancia y misterios de los secretos.

10ñ. 1 Corintios 13, 10: “Mas, cuando venga lo perfecto, lo imperfecto se acabará”.

10o. En esta vida mortal, aunque no llegará el alma tan a lo puro de ellos como en la otra, por más que se esconda, todavía, si se escondiere, como Moisés, en la caverna de piedra, que es la verdadera imitación de la perfección de la vida del Hijo de Dios, esposo del alma.

10p. Éxodo 33, 22: “Cuando pase mi gloria, te meteré en una hendidura de la roca y te cubriré con mi mando hasta que haya pasado”.

10q. Amparándola Dios con su diestra, merecerá que le muestren las espaldas de Dios, que es llegar en esta vida a tanta perfección.

10r. Que se una y transforme por amor en dicho Hijo de Dios, su esposo.

10s. De manera que se sienta tan junta con él y tan instruida y sabia en sus misterios, que cuanto a lo que toca a concederle en eta vida no tenga necesidad de decir, ¿Adónde te escondiste?

11a. Dicho queda, ¡oh alma!, el modo que te conviene tener para hallar al Esposo en tu escondrijo.

11b. Si quieres volver a oír, oye una palabra llena de sustancia y verdad inaccesible:

11c. Es buscarle en fe y en amor, sin querer satisfacerte de cosa, ni gustarla ni entenderla más de lo que debes saber.

11d. Esos dos mozos de ciego que te guiarán por donde no sabes, allá a lo escondido de Dios.

11e. La fe, que es el secreto que habemos dicho, son los pies con los que el alma va a Dios, y el amor es la guía que la encamina.

11f. Andando ella tratando y manoseando esos misterios y secretos de fe, merecerá que el amor la descubra lo que en sí encierra la fe, que es el Esposo que ella desea.

11g. En esta vida por gracia especial, en divina unión con Dios.

11h. En la otra, por gloria esencial, gozándole cara a cara, ya de ninguna manera escondido.

11i. Entre tanto, aunque el alma llegue a esta dicha unión, que es el más alto estado a que se puede llegar en esta vida.

11j. Por cuanto todavía el alma le está escondido en el seno del Padre, como habemos dicho, que es como ella le desea gozar en la otra, siempre dice: ¿Adónde te escondiste?

12a. Muy bien haces, ¡oh alma!, en buscarle siempre escondido, porque mucho ensalzas a Dios y mucho te llegas a él teniéndole por más alto y profundo que todo cuanto puedes alcanzar.

12b. No repares en parte ni en todo lo que tus potencias pueden comprehender.

12c. Nunca te quieras satisfacer en lo que entendieres de Dios, sino en lo que no entendieres de él.

12d. Nunca pares en amar y deleitarte en lo que entendieres o sintieses de Dios, sino ama y deléitate en lo que no puedes entender y sentir de él, que eso es, como habemos dicho, buscarle en fe.

12e. Es Dios inaccesible y escondido, aunque más te parezca que le hallas y le sientes y le entiendes, siempre le has de tener por escondido y lo has de servir escondido en escondido.

12f. No seas como muchos insipientes[3], que piensan bajamente de Dios, entendiendo que, cuando no le entienden o le gustan o sienten, está Dios más lejos y más escondido.

12g. Siendo más verdad lo contrario, que cuanto menos distintamente le entienden, más se llegan a él.

12h. Salmo 17, 12: Puso su escondrijo en las tinieblas.

12i. Llegando cerca de él, por fuerza has de sentir tinieblas en la flaqueza de tu ojo.

12j. Bien haces en todo tiempo, ahora de adversidad, ahora de prosperidad espiritual o temporal, tener a Dios por escondido, y así clamar a él, diciendo: “¿Adónde te escondiste, Amado, y me dejaste con gemido?



[1] Retrete: 3. Cuarto pequeño en la casa o habitación, destinado para retirarse. www.rae.es

[2] Dar cata; 2. Mirar, advertir.

[3] Insipiente: 1. Falto de sabiduría o de ciencia. 2. Falto de juicio.

Llama de amor viva. Canción 1, 23. Encuentro entre dos desiguales: Dios inmenso y el alma estrecha, amargura hasta hallar el deleite divino.

  23a. Esta llama de suyo en extremo es amorosa, y tierna y amorosamente embiste en la voluntad. 23b. Y la voluntad de suyo es seca y dura...