lunes, 29 de noviembre de 2021

Cántico espiritual. Canción 33. La mirada de Dios limpia, agracia, enriquece y alumbra, despertando la gratitud en el alma.

 


Anotación para la canción siguiente.

1a. La mirada de Dios cuatro bienes hace al alma.

1b. Limpiarla, agraciarla, enriquecerla y alumbrarla.

1c. Así como el sol cuando envía sus rayos, que enjuga y calienta y hermosa y resplandece.

1d. Después que Dios pone en el alma estos tres bienes postreros, por cuanto por ellos le es el alma muy agradable, nunca más se acuerda de la fealdad y pecado que antes tenía, según lo dice por Ezequiel:

1e. Ezequiel 18, 22: “No se tendrán en cuenta los delitos cometidos; por la justicia que ha practicado, vivirá”.

1f. Habiéndole quitado una vez este pecado y fealdad, nunca más le da en cara con ella, ni por eso le deja de hacer más mercedes, pues que él no juzga dos veces una cosa.

1g. Nahún 1, 9: “¿Qué tramáis contra el Señor? Él provoca la destrucción, la desgracia no se repetirá”.

1h. Aunque Dios se olvide de la maldad y pecado después de perdonado una vez, no por eso le conviene al alma echar en olvido sus pecados primeros, diciendo el Sabio:

1i. Eclesiástico 5, 5: Del pecado perdonado no quieras estar sin miedo.

1j. Y esto, por tres cosas:

1k. La primera, para tener siempre ocasión de no presumir.

1l. La segunda, para tener materia de siempre agradecer.

1m. La tercera, para que le sirva de más confiar para más recibir.

1n. Porque si, estando en pecado, recibió de Dios tanto bien, puesta en amor de Dios y fuera de pecado, ¿¡cuánto mayores mercedes podrá esperar?

2a. Acordándose el ama aquí de todas estas misericordias recibidas y viéndose puesta junto al Esposo con tanta dignidad, gózase grandemente con deleite de agradecimiento y amor.

2b. Ayudándole mucho para esto la memoria de aquel primer estado suyo tan bajo y tan feo.

2c. Que no solo no merecía ni estaba para que lo mirada Dios, mas ni aun para que tomada en la boca su nombre, según dice por el profeta David.

2d. Salmo 16, 4: “Se multiplican las desgracias de quienes van tras dioses extraños, yo no derramaré sus libaciones con mis manos, ni tomaré su nombre en mis labios”.

2e. Viendo que de su parte ninguna razón hay ni la puede haber para que Dios la mirase y engrandeciese, sino solo de parte de Dios, y esta es su bella gracia y su mera voluntad.

2f. Atribuyéndose en sí su miseria y al Amado todos los bienes que posee.

2g. Viendo que por ellos ya merece lo que no merecía.

2h. Toma ánimo y osadía para pedirle la continuación de la divina unión espiritual, en la cual se le vayan multiplicando las mercedes.

2i. Todo lo cual da ella a entender en la siguiente canción.

2j. Canción 33.

No quieras despreciarme,

que si color moreno en mí hallaste,

ya bien puedes mirarme

después que me miraste,

que gracia y hermosura en mí dejaste.

jueves, 18 de noviembre de 2021

Cántico espiritual. Canción 32. Sin la gracia de Dios es imposible la adoración y contemplación de Dios. El misterio es encuentro.


8a. Los míos adorar lo que en ti vían.

8b.Es como decir: las potencias de mi alma, Esposo mío, que son los ojos con que de mí puedes ser visto, merecieron levantarse a mirarte.

8c. Las cuales antes con la miseria de su baja operación y caudal natural estaban caídas y bajas.

8d. Porque poder mirar el alma a Dios es hacer obras en gracia de Dios.

8e. Así merecían las potencias del alma en el adorar.

8f. Porque adoraban en gracia de su Dios, en la cual toda operación es meritoria.

8g. Adoraban alumbrados y levantados con su gracia y favor, lo que en él ya veían, lo cual antes por su ceguera y bajeza no veían.

8h. ¿Qué era, pues, lo que ya veían?

8i. Veían grandeza de virtudes, abundancia de suavidad, bondad inmensa de amor y misericordia en Dios.

8j. Beneficios innumerables que de él había recibido, ahora estando tan allegada a Dios, ahora cuando o lo estaba.

8k. Todo esto merecían adorar ya con merecimiento los ojos del alma, porque estaban ya graciosos y agradables al Esposo.

8l. Lo cual antes no solo no merecían adorar ni ver, pero ni aun considerar de Dios algo de ello.

8m. Es grande la rudeza y ceguera del alma que está sin su gracia.

9a. Mucho hay aquí que notar y mucho de qué se doler, ver cuán fuera está de hacer lo que es obligada el alma que no está ilustrada con el amor de Dios.

9b. Estando ella obligada a conocer estas y otras innumerables mercedes, así temporales como espirituales, que de él ha recibido y a cada paso recibe, y a adorar y servir con todas sus potencias a Dios sin cesar por ellas, no solo no lo hace, mas ni aun mirando y conocerlo merece, ni caer en la cuenta de tal cosa, que hasta aquí llega la miseria de los que viven, o, por mejor decir, están muertos en pecado.

miércoles, 17 de noviembre de 2021

Cántico espiritual. Canción 32, 3-7. Dios nos adama, nos ama infinitamente, porque nos ama nos engrandece haciéndonos hijos.

 


3a. Cuando tú me mirabas.

3b. Con afecto de amor, porque el mirar de Dios aquí es amar.

4a. Su gracia en mí tus ojos imprimían.

4b. Por los ojos del Esposo entiende aquí su divinidad misericordiosa.

4c. La cual, inclinándose al alma con misericordia, imprime e infunde en ella su amor y gracia, con que la hermosea y levanta tanto, que la hace consorte de la misma divinidad.

4d. 2 Pe 1, 4: “Con las cuales se nos ha concedido las preciosas y sublimes promesas, para que, por medio de ellas, seáis partícipes de la naturaleza divina, escapando de la corrupción que reina en el mundo por la ambición”.

4e. Y dice el alma, viendo la dignidad y alteza en que Dios la ha puesto.

5a. Por eso me adamabas.

5b. Adamar es amar mucho, es más que amar simplemente.

5c. Es como amar duplicadamente, esto es, por dos títulos o causas.

5d. En este verso da a entender el alma los motivos y causas del amor que tiene a ella.

5e. Por los cuales no solo la amaba prendado en su cabello, mas que la adamaba llagado en su ojo.

5f. La causa por qué la adamó de esta manera tan estrecha era porque él quiso, con mirarla, darle gracia para agradarse de ella, dándole el amor de su cabello, y formándola con su caridad la fe de su ojo.

5g. Así, dice: por ese me adamabas.

5h. Poner Dios en el alma su gracia es hacerla digna y capaz de su amor.

5i. Es tanto como decir: porque habías puesto en mí tu gracia, que eran prendas dignas de tu amor, por eso me adamabas, esto es, por eso me dabas más gracia.

5j. Esto es lo que dice san Juan:

5k. Juan 1, 16: Que da gracia por la gracia que ha dado.

5k. Juan 1, 16: “Pues de su plenitud, todos hemos recibido, gracia tras gracia”.

5l. Que es dar más gracia; porque sin su gracia no se puede merecer su gracia.

6a. Es de notar, para inteligencia de esto, que Dios, así como no ama cosa fuera de sí, así ninguna cosa ama más bajamente que a sí.

6b. Todo lo ama por sí.

6c. Así el amor tiene la razón del fin.

6d. De donde no ama las cosas por lo que ellas son en sí.

6e. Amar de Dios al alma es meterla en cierta manera en sí mismo, igualándola consigo.

6f. Ama al alma en sí consigo con el mismo amor que él se ama.

6g. Por eso en cada obra, por cuanto la hace en Dios, merece el alma el amor de Dios.

6h. Puesta en esta gracia y alteza, en cada obra merece al mismo Dios.

6i. Y, por eso, dice luego:

7a. Y en eso merecían.

7b. Es a saber, en ese favor y gracia que los ojos misericordiosos me hicieron cuando tú me mirabas, haciéndome agradable a tus ojos, y digna de ser vista de ti, merecieron.

7c. Los míos adorar lo que en ti vían.

martes, 16 de noviembre de 2021

Cántico espiritual. Canción 32, 1-2. Dios queda cautivado, adamado, por nuestra belleza interior, la cual es obra de Él mismo.

 


Anotación para la canción siguiente.

1a. Grande es el poder y la porfía[1] del amor, pues al mismo Dios prenda y liga.

1b. Dichosa el alma que ama, pues tiene a Dios por prisionero, rendido a todo lo que ella quisiere.

1c. Tiene tal condición, que, si se le llevan por amor y por bien, le harán hacer cuanto quisieren.

1d. Y si de otra manera, no hay hablarle ni poder con él aunque hagan extremos[2]; pero, por amor, en un cabello le ligan.

1e. Lo cual conociendo el alma, y que muy fuera de sus méritos la ha hecho tan grandes mercedes de levantarla a tan alto amor con tan ricas prendas de dones y virtudes, se lo atribuye todo a él en la siguiente canción.

Canción 32.

Cuando tú me mirabas

su gracia en mí tus ojos imprimían;

por eso me adamabas[3],

y en eso merecían

los míos adorar lo que en ti vían.

Declaración.

2a. Es propiedad del amor perfecto no querer admitir ni tener nada para sí, ni atribuirse a sí nada, sino todo al Amado.

2b. Esto aun en los amor bajos lo hay.

2c. Cuando más en el de Dios, donde tanto obliga la razón.

2d. Porque en las dos canciones pasadas parece que se atribuía a sí alguna cosa la esposa.

2e. Tal como que haría ella con el Esposo las guirnaldas y que se tejerían con el cabello de ella, lo cual es obra no de poco momento y estima.

2f. Después decir y gloriarse que el Esposo se había prendado en su cabello y llagado en su ojo, en lo cual parece también atribuirse a sí misma gran merecimiento.

2g. Quiere ahora en esta presente canción declarar su intención y deshacer el engaño que en esto se puede entender.

2h. Con cuidado y temor no se le atribuya a ella algún valor y merecimiento.

2i. Por eso se atribuya a Dios menos de lo que se le debe y ella desea.

2j. Atribuyéndolo todo a él y regraciándoselo juntamente, le dice:

2k. La causa de prenderse él del cabello de su amor y llagarse el ojo de su fe, fue por haberle hecho la merced de mirarla con amor, en lo cual la hizo graciosa y agradable a sí mismo.

2l. Por esa gracia y valor que de él recibió mereció su amor y tener valor ella en sí para adorar agradablemente a su Amado y hacer obras dignas de su gracia y amor.



[1] Porfiar: importunar repetidamente con el fin de conseguir un propósito. www.rae.es

[2] Extremo: excesivo, sumo, exagerado. www.rae.es

[3] Adamar: 1.Cortejar, requebrar (alagar a alguien, especialmente a una mujer, con piropos o palabras que destaquen sus atractivos); 2. Amar con vehemencia; 3. Enamorarse de alguien o de algo. www.rae.es

lunes, 15 de noviembre de 2021

Cántico espiritual. Canción 31, 9. Y en uno de mis ojos (la fe sujeta a la razón humana) te llagaste.

 


9a. Y en uno de mis ojos te llagaste.

9b. Entiéndese aquí por el ojo la fe.

9c. Dice uno solo, y que en él llagó, porque si la fe y fidelidad del alma para con Dios no fuese sola, sino que fuese mezclada con otro algún respecto o cumplimiento, no llegaría a efecto de llagar a Dios de amor.

9d. Solo un ojo ha de ser Amado.

9e. Es tan estrecho el amor con que el esposo se prenda de la esposa en esta fidelidad única, que ve en ella, que si en el cabello del amor de ella se prendaba.

9f. En el ojo de su fe aprieta con tan estrecho nudo la prisión, que le hace llaga de amor por la gran ternura del afecto con que está aficionado[1] a ella.

9g. Lo cual es entrarla más en amor.

10a. Esto mismo del cabello y del ojo dice el Esposo en los Cantares, hablando con la esposa, diciendo:

10b. Cantar de los cantares 4, 9: Llagaste mi corazón, hermana mía, llagaste mi corazón en uno de tus ojos y en un cabello de tu cuello.

10c. Dos veces repite haberle llagado el corazón, es a saber en el ojo y en el cabello.

10e. El alma hace relación en la canción del cabello y del ojo.

10f. En ello denota la unión que tiene con Dios, según el entendimiento y según la voluntad.

10g. La fe significada por el ojo, se sujeta en el entendimiento por fe y en la voluntad por amor.

10h. De la cual unión se gloría aquí el alma y regracia esta merced a su esposo como recibida de su mano, estimando en mucho haberse querido pagar y prender de su amor.

10i. En lo cual se podría considerar el gozo, alegría y deleite que el alma tendrá con este tal prisionero, pues tanto tiempo había que lo era ella de él, andando de él enamorada.



[1] Aficionar: prendarse de alguien.

miércoles, 10 de noviembre de 2021

Cántico espiritual. Canción 31, 8. Y en él preso quedaste. El mirar de Dios es amar. Iniciativa divina, Dios queda prendado no por nosotros, sino por su voluntad.

 



8a. Y en él preso quedaste.

8b. ¡Oh cosa digna de toda acepción y gozo, quedar Dios preso en un cabello!

8c. La causa de esta prisión tan preciosa es el haber Dios querido pararse a mirar el vuelo del cabello, como dicen los versos antecedentes.

8d. El mirar de Dios es amar.

8e. Si él por su gran misericordia no nos mirara y amara primero, como dice san Juan.

8f. 1 Juan 4, 10: “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo, como víctima de propiciación por nuestros pecados”.

8g. Y se abajara, ninguna presa hiciera en él el vuelo del cabello de nuestro bajo amor.

8h. Porque tenía él tanto vuelo que llegase a prender a esta divima ave de las alturas.

8i. Porque ella se bajo a mirarlos y a provocar el vuelo y levantarlo de nuestro amor, dándole valor y fuerza para ello, por eso mismo él mismo se prendó en el vuelo del cabello.

8j. Él mismo se pagó y se agradó, por lo cual se prendó.

8k. Eso quiere decir: Mirástele en mi cuello, y en él preso quedaste.

8l. Cosa muy creíble es que el ave de bajo vuelo pueda prendar al águila real muy subida, si ella se viene a lo bajo queriendo ser presa.

lunes, 8 de noviembre de 2021

Cántico espiritual. Canción 31, 5-7. Desprendimiento total de las cosas para libremente amar a Dios en fortaleza.


 

5a. Mirástele en mi cuelo.

5b. Lo cual dice para dar a entender el alma que no solo preció[1] y estimó Dios este su amor viéndole solo, sino que también le amó viéndole fuerte.

5c. Mirar Dios es amar Dios.

5d. El considerar Dios es estimar lo que considera.

5e. Vuelve a repetir en este verso el cuelo, diciendo del cabello: Mirástele en mi cuello.

5f. Porque esa es la causa por que le amó mucho, es a saber, verle en fortaleza.

5g. Es como si dijera: amástele viéndole fuerte sin pusilanimidad ni temor, y solo sin otro amor, y volar con ligereza y fervor.

6a.Hasta aquí no había Dios mirado este cabello para prendarse de él.

6b. Porque no le había visto solo y desasido de los demás cabellos de otros amores y apetitos, aficiones y gustos, y así no volaba solo en el cuello de la fortaleza.

6c. Después que por las mortificaciones y trabajos y tentaciones y penitencias se vino a desasir y haber fuerte, de manera que ni por cualquiera fuerza ni ocasión quiebra, entonces ya le mira Dios.

6d. Y prenda y ase en él las flores y guirnaldas, pues tiene fortaleza para tenerlas asidas en el alma.

7a. Mas cuales y cómo sean estas tentaciones y trabajos, y hasta donde llegan al alma para poder venir a esta fortaleza de amor en que Dios se una con el alma.

7b. En la declaración de las cuatro tentaciones que comienzan ¡Oh llama de amor viva! Está dicho algo de ello.

7c. Por lo cual habiendo pasado esta alma, ha llegado a tal grado de amor de Dios, que bien haya merecido la divina unión.



[1] 1.Apreciar.

Llama de amor viva. Canción 1, 23. Encuentro entre dos desiguales: Dios inmenso y el alma estrecha, amargura hasta hallar el deleite divino.

  23a. Esta llama de suyo en extremo es amorosa, y tierna y amorosamente embiste en la voluntad. 23b. Y la voluntad de suyo es seca y dura...