martes, 29 de junio de 2021

Cántico espiritual. Canción 18, 6-8. La presencia de Cristo en la persona alcanza todas sus dimensiones, si bien el encuentro siempre es amenazado por los apetitos y codicias

 


6a. El ámbar[1] perfumea.

6b. Por el ámbar entiende aquí el divino Espíritu del Esposo que mora en el alma.

6c. Perfumear este divino ámbar en las flores y rosales es derramarse y comunicarse suavísimamente en las potencias y virtudes del alma.

6d. Dando en ella al alma perfume de divina suavidad.

6e. En tanto, pues, que este divino Espíritu está dando suavidad espiritual a mi alma.

7a. Morá en los arrabales.

7b. En los arrabales de Judea, que decimos ser la porción inferior o sensitiva del alma.

7c. Los arrabales de ella son los sentidos sensitivos interiores, como son la memoria, fantasía, imaginativa, en los cuales se colocan y recogen las formas e imágenes y fantasmas de los objetos.

7d. Por medio de las cuales la sensualidad mueve sus apetitos y codicias.

7e.Estas formas son las que aquí llama ninfas.

7f. Las cuales, quietas y sosegadas, duermen también los apetitos.

7g. Estas entran a estos arrabales de los sentidos inferiores por las puertas de los sentidos exteriores, que son: oír, ver, oler, etc.

7h. De manera que las potencias y sentidos, ahora interiores, ahora exteriores, de esta parte sensitiva los podemos llamar arrabales.

7i. Son los barrios que están fuera de los muros de la ciudad.

7j. Lo que se llama ciudad en el alma es allá lo de más adentro, la parte racional, que tiene capacidad para comunicar con Dios, cuyas operaciones son contrarias a las de la sensualidad.

7k. Porque hay natural comunicación de la gente que mora en estos arrabales de la parte sensitiva.

7l. La cual gente es las ninfas que decimos, con la parte superior, que es la ciudad.

7m. De tal manera que lo que se obra en esta parte inferior ordinariamente se siente en la otra interior.

7n. Por consiguiente le hace advertir y desquietar de la obra y asistencia espiritual que tiene en Dios.

7ñ. Por eso les dice que moren en sus arrabales.

7o. Que se quieten en sus sentidos sensitivos interiores y exteriores.

8a. Y no queráis tocar nuestros umbrales.

8b. Ni por primeros movimientos toquéis a la parte superior.

8c. Los primeros movimientos del alma son las entradas y umbrales para entrar en el alma.

8d. Cuando pasan de primeros movimientos, en la razón, ya van pasando los umbrales, mas cuando son primeros movimientos), solo se dice tocar a los umbrales o llamar a la puerta.

8e. Lo cual se hace cuando hay acometimientos a la razón de parte de la sensualidad para algún acto desordenado.

8f. No solamente el alma dice aquí que estos no toquen el alma, pero, aun las advertencias que no hacen a la quietud y bien de que goza, no ha de haber.



[1] Ámbar: 2. Perfume delicado.

lunes, 28 de junio de 2021

Cántico espiritual. Canción 18, 3-5. La parte inferior del alma, las virtudes y las potencias del alma.


 3a. Canción 18.

¡Oh ninfas[1] de Judea!,

en tanto que en las flores y rosales

el ámbar[2] perfumea,

morá en los arrabales

y no queráis tocar nuestros umbrales.

 

Declaración.

3b. En esta canción la esposa es la que habla.

3c. Viéndose puesta, según la porción superior espiritual, en tan ricos y aventajados dones y deleites de parte de su Amado.

3d. Deseando conservarse en su seguridad y continua posesión de ellos, en la cual el Esposo la ha puesto en las dos canciones precedentes.

3e. Viendo que de parte de la porción inferior, que es la sensualidad, se le podría impedir, y que de hecho impide y perturba tanto bien.

3f. Pide a las operaciones y movimientos de esta porción inferior que se sosieguen en las potencias y sentidos de ella.

3g. No pasen los límites de su región, la sensual, a molestar e inquietar la porción superior y espiritual del alma.

3h. Porque no le impida aun por algún mínimo movimiento el bien y suavidad de que goza.

3i. Los movimientos de la parte sensitiva y sus potencias, si obran cuando el espíritu goza, tanto más le molestan e inquietan cuanto ellos tienen de más obra y viveza.

4j. ¡Oh ninfas de Judea!

4k. Judea llama a la parte inferior del alma, que es la sensitiva.

4l. Llámala Judea porque es flaca y carnal y de suyo ciega, como lo es la gente judaica.

4m. Llama ninfas a todas las imaginaciones, fantasías, y movimientos y afecciones de esta parte inferior.

4n. Así como las ninfas con su afición y gracia atraen a sí a los amantes, así estas operaciones y movimientos de la sensualidad sabrosa y porfiadamente[3] procuran atraer así la voluntad de la parte racional.

4ñ. Para sacarla de lo interior a que quiera lo exterior que ellos quiere y apetecen.

4o. Moviendo también al entendimiento y atrayéndole a que se case y junte con ellas en su bajo modo de sentido.

4p. Procurando conformar y aunar la parte racional con la sensual.

4q. Vosotras, pues, dice, ¡oh sensuales operaciones y movimientos!

5a. En tanto que en las flores y rosales.

5b. Las flores son las virtudes del alma.

5c. Los rosales son las potencias de la misma alma: memoria, entendimiento y voluntad.

5d. Las cuales llevan en sí y crían flores de conceptos divinos y actos de amor y las dichas virtudes.

5e. En tanto, pues, que en estas virtudes y potencias de mi alma, etc.



[1] Ninfa: 3. Cada una de las famosas deidades de las aguas, bosques, selvas, etc., llamadas por varios nombres como dríade [ninfa de los bosques, cuya vida duraba tanto como la del árbol a qué se suponía unida], nereida [cada una de las ninfas que residían en el mar, eran jóvenes hermosas de medio cuerpo arriba, y peces en lo restante], etc.

[2] Ámbar: 2. Perfume delicado.

[3] Porfiadamente: de manera porfiada [dicho de una persona: terca y obstinada en su dictamen y parecer].

jueves, 24 de junio de 2021

Cántico espiritual. Canción 18, 1-2. El peso de uno mismo impide el gozo pleno del encuentro con Cristo.

 


Anotación para la canción siguiente.

1a. En este estado de desposorio espiritual como el alma echa de ver sus excelencias y grandes riquezas, y que no las posee y goza como querría a causa de la morada que hace en carne.

1b. Muchas veces padece mucho, mayormente cuando más se le aviva la noticia de esto.

1c. Echa de ver que ella está en el cuerpo como un gran señor en la cárcel.

1d. Sujeto a mil miserias y que le tienen confiscados sus reinos, e impedido todo sus señorío y riquezas.

1e. No se le da de su hacienda sino muy por tasa la comida.

1f. En lo cual lo que podrá sentir, cada uno lo echará bien de ver, mayormente aun los domésticos[1] de su casa no le estando bien sujetos.

1g. Sino que a cada ocasión sus siervos y esclavos sin algún respeto se enderezan contra él, hasta querer cogerle el bocado del plato.

1h. Cuando Dios hace merced al alma de darle a gustar algún bocado de los bienes y riquezas que le tienen aparejados, luego se levanta en la parte sensitiva un mal siervo de apetito.

1i. Ahora un esclavo de desordenado movimiento, ahora otras rebeliones de esta parte inferior, a impedirle este bien.

2a. En lo cual se siente el alma estar como en tierra de enemigos y tiranizada entre sus extraños.

2b. Como muerta entre los muertos, sintiendo bien lo que da a entender el profeta Baruc, cuando encarece[2] esta miseria en la cautividad de Jacob, diciendo:

2c. Baruc 3, 10-11: ¿Quién es Israel para que esté en la tierra de los enemigos? Envejecístete en la tierra ajena, contamiástete con los muertos y estimáronte con los que descienden al infierno.

2d. Jeremías sintiendo este mísero trato que el alma padece de parte del cautiverio del cuerpo, hablando con Israel, según el sentido espiritual dice:

2e. Jeremías 2, 14: ¿Por ventura Israel es siervo o esclavo, porque así esté preso? Sobre él rugieron los leones.

2f. Entendiendo aquí por los leones los apetitos y rebeliones que decimos de este tirano rey de la sensualidad.

2g. De lo cual para mostrar el alma la molestia que recibe y el deseo que tiene de que este reino de la sensualidad, con todos sus ejercicios y molestias, se acabe ya o se le sujete del todo.

2h. Levantando los ojos al Esposo, como quien lo ha de hacer todo, hablando contra los dichos movimientos y rebeliones, dice esta canción:

2i. Canción 18.

¡Oh ninfas de Judea!,

en tanto que en las flores y rosales

el ámbar[3] perfumea,

morá en los arrabales

y no queráis tocar nuestros umbrales.



[1] Doméstico: 3. Dicho de un criado: Que sirve en una casa.

[2] Encarecer: 2. Ponderar, alabar mucho algo.

[3] Ámbar: 2. Perfume delicado.

miércoles, 23 de junio de 2021

Cántico espiritual. Canción 17, 10. El gozo del encuentro con Cristo. La fe cristiana es encuentro con quien goza de mi presencia.

 


10a. Y pacerá el Amado entre las flores.

10b. Significa el alma este deleite que el Hijo de Dios tiene en ella en esta sazón por nombre de pasto, que muy al propio[1] lo da a entender.

10c. Por ser el pasto o comida cosa que no solo da gusto, pero aun sustenta.

10d. El Hijo de Dios se deleita en el alma en estos deleites de ella y se sustenta en ella.

10e. Persevera en ella, como en lugar grandemente se deleita, porque el lugar se deleita de veras en él.

10f. Entiendo que es lo mismo que él mismo quiso decir por la boca de Salomón en los Proverbios.

10g. Proverbios 8, 31: Mis deleites son con los hijos de los hombres.

10h. Cuando sus deleites son estar conmigo, que soy el Hijo de Dios.

10i. No dice el alma aquí que pacerá el Amado las flores, sino entre las flores.

10j. Como quiera que la comunicación suya, es a saber, del Esposo, sea en la misma alma mediante el arreo[2] ya dicho de las virtudes.

10k. Síguese que lo que pace es la misma alma transformada en sí.

10l. Estando ya ella guisada, salada y sazonada con las dichas flores de virtudes y dones y perfecciones, que son la salsa con que y entre que la pace.

10m. Las cuales, por medio del aposentador ya dicho, están dando al Hijo de Dios sabor y suavidad en el alma, para que por este medio se apaciente más en el amor de ella.

10n. Esta es la condición del Esposo: unirse con el alma entre la fragancia de estas flores.

10ñ. La cual condición nota muy bien la esposa en los Cantares, como quien tan bien la sabe, por estas palabras, diciendo:

10o. Cantar de los cantares 6, 2: Mi amado descendió a su huerto, a la erica[3] y aire de las especias odoríferas, para apacentarse en los huertos y coger lirios.

10p. Cantar de los cantares 6, 2: “Mi amado ha bajado al jardín, al plantel de las balsameras, a deleitarse en el jardín, a recoger sus rosas”.

10q. Y otra vez dice:

10r. Cantar de los cantares 6, 3: Yo para mi Amado, y mi Amado para mí, que se apacienta entre lirios.

10s. Es a saber, que se apacienta y deleita en mi alma.

10t. Que es el huerto suyo, entre los lirios de mis virtudes y perfecciones y gracias.



[1] Al propio: 1. Con propiedad, justa e idénticamente.

[2] Arreo: 1. Atavío, adorno.

[3] Ericáceo: del latín erice ‘jara, brezo’ y -áceo.

martes, 22 de junio de 2021

Cántico espiritual. Canción 18, 7-9. Los efectos de la presencia del Espíritu en la oración.

 


7a. Y corran sus olores.

7b. Los cuales son en tanta abundancia algunas veces, que al alma le parece estar vestida de deleites y bañada en gloria inestimable.

7c. Tanto, que no solo ella lo siente de dentro, pero aun suélele redundar tanto de fuera, que lo conocen los que saben advertir.

7d. Les parece estar la tal alma como un deleitoso jardín lleno de deleites y riquezas de Dios.

7e. No solo cuando estas flores están abiertas se echa de ver esto en estas santas almas.

7f. Ordinariamente traen en sí un no sé qué de grandeza y dignidad, que causa detenimiento[1] y respeto a los demás, por el efecto natural que se difunde en el sujeto de la próxima y familiar comunicación con Dios.

7g. Cual se describe en el Éxodo de Moisés, que no podían mirar en su rostro por la honra y gloria que le quedaba, por haber tratado cara a cara con Dios.

7h. Éxodo 34, 30: “Aarón y todos los hijos de Israel vieron a Moisés con la piel de la cara radiante y no se atrevieron a acercarse a él”.

8a. En este aspirar el Espíritu Santo por el alma, que es visitación suya en amor a ella, se comunica en alta manera el Esposo Hijo de Dios.

8b. Por eso envía su Espíritu primero como a los apóstoles, que es su aposentador, para que le prepare la posada del alma esposa.

8c. Levantándola en deleite, poniéndole el huerto a gusto, abriendo sus flores, descubriendo sus dones, arreándola de la tapicería de sus gracias y riquezas.

8d. Con grande deseo desea el alma esposa todo esto.

8e. Que se vaya el cierzo, que venga el austro, que aspire por el huerto, porque entonces gana el alma muchas cosas juntas.

8f. Gana el gozar las virtudes puestas en el punto de sabroso ejercicio.

8g. Gana el gozar al Amado en ellas, pues mediante ellas se comunica en ella con más estrecho amor y haciéndole más particular merced que antes.

8h. Gana que el Amado mucho más se deleita en ella por este ejercicio actual de virtudes, que es lo que ella más gusta, es a saber, que guste su amado.

8i. Gana también la continuación y duración del tal sabor y suavidad de virtudes.

8j. La cual dura en el alma todo el tiempo que el Esposo asiste en ella.

8k. En tal manera, estándole dando la esposa suavidad en sus virtudes, según en los Cánticos ella lo dice en esta manera:

8l. Cantar de los cantares 1, 11: En tanto que estaba el rey en su reclinatorio, es a saber, en el alma, mi arbolico florido y oloroso dio olor de suavidad.

8m. Entendiendo aquí por este arbolico oloroso la misma alma, que, de flores de virtudes que en sí tiene, da olor de suavidad al Amado, que en ella mora en esta manera de unión.

9a. Mucho es de desear este divino aire del Espíritu Santo y que pida cada alma aspire por su huerto para que corran divinos olores de Dios.

9b. Por ser esto tan necesario y de tanta gloria y bien para el alma, la esposa lo deseó y pidió por los mismos términos que aquí, en los Cantares, diciendo:

9c. Cantar de los cantares 4, 16: Levántate de aquí, cierzo, y ven, ábrego[2], y aspira por mi huerto, y correrán sus olorosas y preciosas especias.

9d. Esto todo lo desea el alma, no por el deleite y gloria que de ello se le sigue, sino por lo que en esto sabe que se deleita su Esposo.

9e. Porque esto es disposición y pronunció para que el Hijo de Dios venga a deleitarse en ella; que por eso dice luego:

9f. Y pacerá el Amado entre las flores.



[1] Detenimiento: Atención o dedicación que se pone al realizar una actividad o al pensar o explicar un asunto. www.google.com   

[2] Ábrego: 1. Viento templado y húmedo del sudoeste, que trae lluvias.

lunes, 21 de junio de 2021

Cántico espiritual. Canción 17, 5-6. El huerto es el alma, donde crecen las perfecciones y las virtudes. Dios las mueve. Goce.

 


5a.Aspira por mi huerto.

5b. El cual huerto es la misma alma.

5c. Así como arriba ha llamado a la misma alma viña florecida, porque la flor de las virtudes que hay en ella le dan vino de dulce sabor.

5d. Así aquí la llama también huerto.

5e. Porque en ella están plantadas y nacen y crecen las flores de perfecciones y virtudes que habemos dicho.

5f. Es aquí de notar que no dice la esposa: aspira en mi huerto, sino aspira por mi huerto.

5g. Es grande la diferencia que hay entre aspirar Dios en el alma y aspirar por el alma.

5h. Aspirar en el alma es infundir en ella gracia, dones y virtudes.

5i. Aspirar por el alma es hacer Dios toque y moción en las virtudes y perfecciones que ya le son dadas, renovándolas y moviéndolas de suerte que den de sí admirable fragancia y suavidad al alma.

5j. Bien así como cuando menean las especias aromáticas.

5k. Al tiempo que se hace aquella moción[1], derraman la abundancia de su olor, el cual antes ni era tal ni se sentía en tanto grado.

5l. Las virtudes que el alma tiene en sí, adquiridas o infusas, no siempre las está sintiendo y gozando actualmente.

5m. En esta vida están en el alma como flores en cogollo cerradas, o como especias aromáticas cubiertas, cuyo olor no se siente hasta ser abiertas y movidas.

6a. Algunas veces hace Dios tales mercedes al alma esposa, que, aspirando con su Espíritu divino por este florido huerto de ella, abre todos esos cogollos de virtudes y descubre estas especias aromáticas de dones y perfecciones y riquezas del alma.

6b. Manifestado el tesoro y caudal interior, descubre toda la hermosura de ella.

6c. Entonces es cosa admirable de ver y suave de sentir la riqueza que se descubre al alma de sus dones y la hermosura de estas flores de virtudes ya todas abiertas en el alma.

6d. La suavidad de olor que cada una de sí le da, según su propiedad, es inestimable.

6e. Esto llama aquí correr[2] los olores del huerto, cuando en el verso siguiente dice: y corran sus olores.



[1] Moción: 1. Acción y efecto de mover y ser movido.

[2] Correr: 4. Dicho de un fluido, como el aire, el agua, el aceite, etc.: Moverse progresivamente de una parte a otra.

viernes, 18 de junio de 2021

Cántico espiritual. Canción 17, 3-4. Dos vientos acometen al alma: el cierzo y el austro o ábrego.


3a. Detente, cierzo muerto.

3b. El cierzo es un viento muy frío que seca y marchita las flores y plantas, y, a lo menos, las hace encoger y cerrar cuando en ellas hiere.

3c. La sequedad espiritual y la ausencia afectiva del Amado hacen este mismo efecto en el alma que la tiene, apagándole el jugo y sabor y fragancia que gustaba de las virtudes.

3d. La llama cierzo muerto, porque todas las virtudes y ejercicios afectivo que tenía el alma tiene amortiguado.

3e. Por eso dice aquí el alma: Detente, cierzo muerto.

3f. El cual dicho del alma se da de entender que es hecho y obra de oración y de ejercicios espirituales, para que se detenga la sequedad.

3g. Porque en este estado las cosas que Dios comunica al alma son tan interiores que ningún ejercicio de sus potencias de suyo puede el alma ponerlas en ejercicio y gustarlas, si el espíritu del Esposo no hace en ella esta moción de amor, le invoca ella luego, diciendo:

4a. Ven, austro[1], que recuerdas los amores.

4b. El austro es otro viento, que vulgarmente se llama ábrego[2].

4c. Este aire apacible causa lluvias y hace germinar las yerbas y plantas, abrir las flores y derramar su olor; tiene los efectos contrarios a cierzo.

4d. Por este aire se entiende el alma al Espíritu Santo.

4e. El cual dice que recuerda los amores.

4f. Cuando este divino aire embiste[3] en el alma, de tal manera la inflama toda, y la regala y aviva y recuerda la voluntad, y levanta los apetitos, que antes estaban caídos y dormidos, al amor de Dios.

4g. Que se puede decir que recuerda los amores de él y de ella.



[1] Austro: 1. Viento procedente del sur.

[2] Ábrego: 1. Viento templado y húmedo del sudoeste, que trae lluvias.

[3] Embestir: 1. Ir con ímpetu sobre alguien o sobre algo.

jueves, 17 de junio de 2021

Cántico espiritual. Canción 17. 1-2. La ausencia de Dios es la mayor pena que experimenta quien se fundió en Él.


Anotación para la canción siguiente.

1a. Para más noticia[1] de la canción que se sigue, conviene aquí advertir que las ausencias que padece el alma de su Amado en este estado de desposorio espiritual son muy aflictivas, y algunas son de manera que no hay pena que se le compare.

1b. La causa de esto es que, como el amor que tiene a Dios en este estado es grande y fuerte, atorméntale grande y fuertemente en la ausencia.

1c. Añádese a esta pena la molestia que a este tiempo recibe en cualquiera manera de trato o comunicación de las criaturas, que es muy grande.

1d. Como ella está con aquella gran fuerza de deseo abisal[2] por la unión con Dios, cualquiera entretenimiento le es gravísimo y molesto.

1e. Bien así como a la piedra, cuando con grande ímpetu y velocidad va llegando hacia su centro, cualquiera cosa en que topase y la entretuviese en aquel vacío le sería muy violenta.

1f. Como está ya el alma saboreada con estas dulces visitas, sonle más deseables sobre el oro y toda hermosura.

1g. Salmo 18, 11: “Más preciosos que el oro, más que el oro fino; más dulces que la miel de un panal que destila”.

1h. Por eso, temiendo el alma mucho carecer, aun por un momento, de tan preciosa presencia, hablando con la sequedad y con el espíritu de su Esposo, dice esta canción.

Canción 17:

Detente, cierzo muerto;

ven, austro[3], que recuerdas los amores,

aspiras por mi huerto,

y corran sus olores,

y pacerá el amado entre las flores.

Declaración.

2a. La sequedad es también causa de impedir al alma el jugo de suavidad interior de que arriba ha hablado.

2b. Temiendo esto hace dos cosas en esta canción.

2c. La primera, impedir la sequedad, cerrándole la puerta por medio de la continua oración y devoción.

2d. La segunda es invocar el Espíritu Santo, que es el que ha de ahuyentar esta sequedad del alma y el que sustenta en ella y aumenta el amor del Esposo, y también ponga el alma en ejercicio interior de las virtudes.

2e. Todo a fin de que el Hijo de Dios, su Esposo, se goce y deleite más en ella, porque toda su pretensión es dar contento al Amado.



[1] Noticia: 4. Noción o conocimiento sobre una materia o sobre un asunto.

[2] Abisal: 1. Abismal. Perteneciente al abismo.

[3] Austro: 1. Viento procedente del sur.

miércoles, 16 de junio de 2021

Cántico espiritual. Canción 16. Paz interior, clímax de la felicidad: hallar en el páramo la montiña donde amar y ser amado. Cristo es el que permanece siempre, en la mayor de las soledades.


10a. Y no parezca nadie en la montiña[1].

10b. Para este divino ejercicio interior es también necesaria soledad y ajenación[2] de todas las cosas que se podrían ofrecer al alma.

10c. Ahora de parte de la porción inferior, que es la sensitiva del hombre.

10d. Ahora de la parte de la porción superior, que es la racional.

10e. Las cuales dos porciones son en que se encierra toda la armonía de las potencias y sentidos del hombre, llamada aquí montiña.

10f. Porque, morando en ella y situándose en ella todas las noticias y apetitos de la naturaleza, como la caza en el monte, en ella suele el demonio hacer caza y presa en esos apetitos y noticias para mal del alma.

10g. En esta montiña no parezca nadie, es a saber, representación y figura de cualquier objeto perteneciente a cualquiera de estas potencias o sentidos, que habemos dicho, no parezca delante el alma y el Esposo.

10h. Es como si dijera: en todas las potencias espirituales del alma, como son memoria, entendimiento y voluntad, no haya noticias ni afectos particulares, ni otras cualesquier advertencias.

10i. En todos los sentidos y potencias corporales, así interiores como exteriores, que son imaginativa, fantasía, etc., ver, oír, etc., no haya otras digresiones y formas, imágenes y figuras, ni representaciones de objetos al alma, ni otras operaciones naturales.

11a. Esto dice el alma para gozar perfectamente de esta comunicación con Dios.

11b. Conviene que todos los sentidos y potencias, así interiores como exteriores, estén desocupados, vacíos y ociosos de sus propias operaciones y objetos.

11c. En tal caso, cuando ellos de suyo más se ponen en ejercicio, tanto más estorban.

11d. En llegando el alma a alguna manera de unión interior de amor, ya no obran en esto las potencias espirituales, y menos las corporales, por cuanto está ya hecha y obrada la obra de unión de amor, actuada el alma en amor, y así acabaron de obrar las potencias.

11e. Llegando al término cesan todas las operaciones de los medios.

11f. Lo que el alma hace entonces es asistencia de amor de Dios, lo cual es amar en continuación de amor unitivo.

11g. No parezca, pues, nadie en la montiña.

11h. Sola la voluntad parezca, asistiendo al Amado en entrega de sí y de todas las virtudes en la manera está dicho.

 



[1] Montiña: 1. Monte, montaña.

[2] Ajenación – enajenación – enajenar: 4. Desposeerse, privarse de algo.

lunes, 14 de junio de 2021

Cántico espiritual. Canción 16, 8-9. Fe, encuentro de amor con Cristo, Él se entrega totalmente al alma, del abrazo interior florecen las virtudes.

 


8a. En tanto que de rosas

hacemos una piña.

8b. A esta sazón[1] que el alma está gozando la flor de esta viña y deleitándose en el pecho de su Amado.

8c. Acaece así que las virtudes del ama se ponen todas en pronto[2] y claro[3] y en su punto[4].

8d. Mostrándose al alma y dándole de sí gran suavidad y deleite.

8e. Las cuales siente el alma estar en sí misma y en Dios.

8g. De manera que le parecen ser una viña muy florida y agradable de ella y de él, en que ambos se apacientan y deleitan.

8h. Entonces el alma junta todas estas virtudes, haciendo actos muy sabrosos de amor en cada una de ellas y en todas juntas.

8i. Así juntas las ofrece ella al Amado con gran ternura de amor y suavidad.

8j. A lo cual le ayuda el mismo Amado, porque sin su favor y ayuda no podría ella hacer esta junta y ofrenda de virtudes a su Amado.

8k. Por eso dice: Hacemos una piña, es a saber el Amado y yo.

9a. Llama piña a esta junta de virtudes.

9b. Así como la piña es una pieza fuerte, y en sí contiene muchas piezas fuertes y fuertemente abrazadas, que son los piñones.

9c. Así esta piña de virtudes que hace el alma para su Amado es una sola pieza de perfección del alma.

9d. La cual fuerte y ordenadamente abraza y contiene en sí muchas perfecciones y virtudes fuertes y dones muy ricos.

9e. Todas las perfecciones y virtudes se ordenan y contienen en una sola perfección del alma.

9f. La cual, en tanto que está haciéndose por el ejercicio de las virtudes y ya hecha, se está ofreciendo de parte del alma al amado en su espíritu de amor que vamos diciendo.

9g. Conviene que se cacen las dichas raposas, porque no impidan la tal comunicación interior de los dos.

9h. No solo pide esto solo la esposa en esta canción para poder hacer la piña.

9i. Mas también quiere lo que sigue en el verso siguiente:

9j. Y no parezca nadie en la montiña[5]



[1] Sazón: 2. Ocasión, tiempo oportuno o coyuntura.

[2] Pronto: 2. Dispuesto, aparejado para la ejecución de algo.

[3] Claro: 6. Libre de obstáculos.

[4] En su punto: 1. En estado de perfección que le corresponde.

[5] Montiña: 1. Monte, montaña.

martes, 8 de junio de 2021

Cántico Espiritual. Canción 16. Las virtudes, los apetitos y los movimientos sensitivos, las distracciones en la oración.

 


Anotación para la canción siguiente.

1a. Como la esposa tiene ya las virtudes puestas en el alma en el punto de su perfección.

1b. En que está gozando de ordinaria paz en las visitas que el Amado le hace.

1c. Algunas veces goza subidísimamente la suavidad y fragancia de ellas por el toque el Amado hace en ellas.

1d. Bien así como se gusta la suavidad y hermosura de las azucenas y flores cuando están abiertas y las tratan.

1e. En muchas de estas visitas ve el alma en su espíritu todas las virtudes suyas, obrando él ella esta luz.

1f. Ella entonces, con admirable deleite y sabor de amor, las junta todas y las ofrece al Amado como una piña de hermosas flores.

1g. Recibiéndolas el Amado entonces, porque de veras las recibe, recibe en ello grna servicio.

1h. Todo lo cual pasa dentro del alma, en que siente ella estar el Amado como en su propio lecho.

1i. El alma se ofrece juntamente con las virtudes, que es el mayor servicio que ella le puede hacer, y así uno de los mayores deleites que en el trato interior con Dios ella suele recibir en esta manera de don que hace el amado.

2a. Conociendo el demonio esta prosperidad del alma, el cual, por su gran malicia, todo el bien que en ella ve envidia.

2b. A este tiempo usa de toda su habilidad y ejercita todas sus artes para poder turbar en el alma siquiera una mínima parte de este bien.

2c. Más precia él impedir a esta alma un quilate de esta su riqueza y glorioso deleite que hacer caer a otras muchas en otros muchos y graves pecados.

2d. Las otras tienen poco o nada que perder, y esta mucho, porque tiene mucho ganado y muy precioso.

2e. Así como perder un poco de oro muy primo es más que perder mucho de otros metales.

2f. aprovechase aquí el demonio de los apetitos sensitivos, aunque con estos en este estado las más veces puede muy poco o nada.

2g. Por estar ya ellos amortiguados y de que con esto no puede, representa a la imaginación muchas variedades.

2h. A las veces levanta en la parte sensitiva muchos movimientos, como después se dirá, y otras molestias que causa, así espirituales como sensitivas.

2i. De las cuales no es en mano del alma poderse librar hasta que el Señor envía su ángel, como se dice en el salmo, en derredor[1] de los que le temen y los libra.

2j. Salmo 33, 8: “Tema al Señor la tierra entera, tiemblen ante él los habitantes del orbe”.

2k. Hace paz y tranquilidad, así en la parte sensitiva como en la espiritual del alma.

2l. La cual para denotar todo esto y pedir este favor, recelosa la experiencia que tiene de las astucias que usa el demonio para hacerle el dicho daño en este tiempo, hablando con los ángeles, cuyo oficio es favorecer, a este tiempo ahuyentando los demonios, dice la siguiente canción.

2m. Canción 16.

Cazadnos las raposas,

que está ya florecida nuestras viñas,

en tanto que de rosas

hacemos una piña,

y nos parezca nadie en la montiña[2]

 

Declaración.

3a. Deseando el alma que no le impidan la continuación de este deleite interior de amor, que es la flor de la viña de su alma.

3b. Ni los envidiosos y maliciosos demonios, ni los furiosos apetitos de la sensualidad, ni las varias idas y venidas de las imaginaciones.

3c. Ni otras cualesquier noticias y presencias de cosas.

3d. Invoca a los ángeles diciendo que cacen todas estas cosas y las impidan, de manera que no estorben el ejercicio de amor interior.

3e. En cuyo deleite y sabor se están comunicando y gozando las virtudes y gracias entre el alma y el Hijo de Dios. Así dice:

3f. Cazadnos las raposas,

 que está ya florecida nuestra viña.

4a. La viña es el plantel que está en esta santa alma de todas las virtudes, las cuales le dan a ella vino de dulce amor.

4b. Esta viña del alma está florida cuando según la voluntad está unida con el Esposo, y en el mismo Esposo está deleitándose, según todas estas virtudes juntas.

4c. Algunas veces suelen acudir a la memoria y fantasía muchas y variadas formas de imaginaciones, y en la parte sensitiva se levantan muchos y varios movimientos y apetitos.

4d. Los cuales, por ser de tantas maneras y tan varios, cuando David estaba bebiendo este sabroso vino del Espíritu con grande sed de Dios, sintiendo el impedimento[3] y molestias que le hacían, dijo:

4e. Salmo 62, 2: Mi alma tuvo sed en ti; cuán de muchas maneras se ha mi carne a ti.

5a. Llama el alma a toda esta armonía de apetitos y movimientos sensitivos raposas, por la gran propiedad[4] que tienen a este tiempo en ellas.

5b. Así como las raposas se hacen dormidas para hacer presa cuando salen a caza, así todos estos apetitos y fuerzas sensitivas estaban sosegadas y dormidas, hasta que en el alma se levantan y se abren y salen a ejercicio[5] estas flores de las virtudes.

5c. También parece que despiertan y se levantan en la sensualidad sus flores de apetitos y fuerzas sensuales a querer ellas contradecir al espíritu y reinar.

5d. Hasta esto llega la codicia que dice san Pablo que tiene:

5e. Gálatas 5, 17: la carne contra el espíritu.

5f. Que, por ser inclinación grande a lo sensitivo, gustando el espíritu, se desabre y disgusta toda carne.

5g. En esto dan estos apetitos gran molestia al dulce espíritu.

5h. Por lo cual dice: Cazadnos las raposas.

6a. Los maliciosos demonios de su parte hacen aquí molestia al lama de dos maneras.

6b. Ellos incitan y levantan estos apetitos con vehemencia.

6c. Y con ellos y otras imaginaciones, etc., hacen guerra a este reino pacífico y florido del alma.

6d. Lo segundo, que peor es, que cuando de esta manera no pueden, embisten en ella con tormentos y ruidos corporales para hacerla divertir[6].

6e. Y, lo que es más malo, que la combaten con temores y horrores espirituales, a veces de terrible tormento.

6f. Lo cual a este tiempo, si se les da licencia, pueden ellos muy bien hacer.

6g. Como el alma se pone en muy desnudo espíritu para este ejercicio espiritual, puede con facilidad el hacerse presente a ella, pues también él es espíritu.

6h. Otras veces la hace otros embestimientos de horrores antes que comience ella a gustar estas dulces flores.

6i. Al tiempo que Dios la comienza algo a sacar de la casa de sus sentidos para que entre en el dicho ejercicio interior al huerto del Esposo.

6j. Sabe que si una vez se entra en aquel recogimiento, está tan amparada, que por más que haga, no puede hacerle daño.

6k. Muchas veces cuando aquí el demonio sale a tomarle el paso, suele el alma con gran presteza[7] recogerse en el hondo escondrijo de su interior, donde halla gran deleite y amparo.

6l. Entonces padece aquellos terrores tan de fuera y tan a lo lejos, que no solo no le hacen temor, mas le causan alegría y gozo.

7a. De estos terrores hizo la esposa mención en los Cantares diciendo:

7b. Cantar de los Cantares 6, 11: Mi alma se conturbó[8] por causa de los carros de Aminadab.

7c. Entendiendo allí por Aminadab el demonio, llamando carros a sus embestimientos y acometimientos, por la grande vehemencia y tropel y ruido que con ellos trae.

7d. Después dice aquí el alma: Cazadnos las raposas.

7e. Lo cual también la esposa en los Cantares, al mismo propósito pidió, diciendo:

7f. Cantar de los cantares 2, 15: Cazadnos las raposas pequeñas que desmenuzan las viñas, porque nuestra viña ha florecido.

7g. No dice cazadme, sino cazadnos, porque habla de sí y del amado.

7h. Porque están en uno gozando la flor de la vida.

7i. La causa por qué aquí dice que la viña está con flor y no dice con fruto, es porque dice que en esta vida, aunque se gozan en el alma con tanta perfección como está de lo que hablamos, es como gozarla en flor.

7j. Solo en la otra se gozarán en el fruto. Y dice luego:

7k. En tanto que de rosas

hacemos una piña.



[1] En derredor: 1. En circuito, en contorno.

[2] Montiña: 1.Monte, montaña.

[3] Impedimento: 1. Obstáculo, embarazo (impedimento, dificultad, obstáculo) o estorbo para algo.

[4] Propiedad: 4. Semejanza o imitación perfecta.

[5] Ejercicio: 1. Acción de ejercitar o ejercitarse (2. Ejercer).

[6] Divertir: 2. Apartar, desviar, alejar.

[7] Presteza: 1. Prontitud, diligencia y brevedad en hacer o decir algo.

[8] Conturbar: 1. Alterar o inquietar a alguien o causar intranquilidad en su ánimo.

Llama de amor viva. Canción 1, 23. Encuentro entre dos desiguales: Dios inmenso y el alma estrecha, amargura hasta hallar el deleite divino.

  23a. Esta llama de suyo en extremo es amorosa, y tierna y amorosamente embiste en la voluntad. 23b. Y la voluntad de suyo es seca y dura...