Canciones que hace el al alma en la íntima unión con Dios.
1.¡Oh llama de amor viva,
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!
Pues ya no eres esquiva,
acaba ya, si quieres;
¡rompe la tela de este dulce encuentro!
2.¡Oh cauterio suave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado,
que a vida eterna sabe,
y toda deuda paga!
Matando, muerte en la vida la has trocado.
3.¡Oh lámparas de fuego,
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,
que estaba oscuro y ciego,
con extraños primores
calor y luz dan junto a su Querido!
4.¡Cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno,
donde secretamente solo moras;
y en tu aspirar sabroso
de bien y gloria lleno,
cuán delicadamente me enamoras!
0a.La compostura de estas liras son aquellas
que en Boscán están vueltas a lo divino. que dicen:
0b. La soledad siguiendo, / llorando mi
fortuna, / me voy por los caminos que se ofrecen, etc.
0c. En las cuales hay seis pies; el cuarto
suena con el primero, y el quinto con el segundo, y el sexto con el tercero.
Canción 1.
¡Oh llama de amor viva,
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!
Pues ya no eres esquiva,
acaba ya, si quieres;
rompe la tela de este dulce encuentro!
Declaración.
1a. Sintiéndose ya el alma toda inflamada en
la divina unión y ya su paladar bañado en gloria y amor.
1b. Que hasta lo íntimo de su sustancia está revertiendo
no menos que ríos de gloria, abundando en deleites, sintiendo correr de su
vientre los ríos de agua viva.
1c. Que dijo el Hijo de Dios que saldrían en
semejantes almas.
1d. Jn 7, 38: “El que cree en mí; como dice
la Escritura: de sus entrañas manarán ríos de agua viva”.
1f. Parece que, pues con tanta fuerza está
transformada en Dios y tan altamente de él poseída y con tan ricas riquezas de
dones y virtudes arreada.
1g. Que está tan cerca de la bienaventuranza,
que no la divide sino una leve tela.
1h. Y, como ve que aquella alma delicada de
amor que en ella arde, cada vez la está embistiendo.
1i. La está como glorificando con suave y
fuerte gloria.
1j. Tanto, que cada vez que la absorbe y
embiste le parece que le va a dar la vida eterna.
1k. Y que va a romper la tela de la vida
mortal.
1l. Y que falta muy poco, y que por esto poco
no acaba de ser glorificada esencialmente, dice con gran deseo a la llama.
1m. Que es el Espíritu Santo, que rompa ya la
vida mortal por aquel dulce encuentro en que de veras la acabe de comunicar lo
que cada vez parece que la va a dar cuando la encuentra.
1n. Que es glorificarla entera y
perfectamente.
1ñ. Y así dice: ¡Oh llama de amor viva!
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