9a. Los ríos sonorosos.
9b. Los ríos tienen tres propiedades.
9c. La primera, que todo lo que encuentran
embisten y anegan.
9d. La segunda, que hinchen
todo los bajos y vacíos que hallan delante.
9e. La tercera, que tienen tal sonido, que todo
otro sonido privan y ocupan.
9f. Porque en esta comunicación de Dios que
vamos diciendo siente el alma en él estas tres propiedades muy sabrosamente,
dice que su amado es los ríos sonorosos.
9g. Cuanto a la primera propiedad que el alma
siente, es a saber que de tal manera se ve el alma embestir del torrente del
espíritu de Dios y con tanta fuerza apoderarse de ella, que le parece que
vienen sobre ella todos los ríos del mundo que la embisten.
9h. Siente ser allí anegadas todas sus acciones
y pasiones, en que antes estaba.
9i. No porque es cosa de tanta fuerza, es cosa
de tormento.
9j. Porque estos ríos son ríos de paz, según
por Isaías da Dios a entender, diciendo de este embestir en el alma:
9k. Ecce ego declinabo super eam quasi
fluvium pacis, et quasi torrentem inundantem gloriam.
9l. Que quiere decir: Notad y advertir que yo
declinaré y embestiré sobre ella, es a saber, sobre el alma, como un río de
paz, y así como un torrente que va redundando gloria.
9m. Isaías 66, 12: “Porque así dice el Señor:
Yo haré derivar hacía ella como un río, la paz, como un torrente en crecida,
las riquezas de las naciones”.
9n. Este embestir divino que hace Dios en el
alma, como ríos sonorosos, toda la hinche de paz y gloria.
9ñ. La segunda propiedad que el alma siente
es que esta divina agua a este tiempo hinche los bajos de su humildad y llena
los vacíos de sus apetitos, según dice san Lucas.
9o. Exaltavit humiles; esurientes implevit
bonis.
9p. Lucas 1, 52s.: Ensalzo a los humildes, y
a los hambrientes llenó de bienes.
9q. La tercera propiedad que el alma siente
en estos sonorosos ríos de su Amado es un ruido y voz espiritual que es sobre
todo sonido y voz.
9r. La cual voz priva toda otra voz, y su
sonido excede todos los sonidos del mundo.
9s. En declarar cómo esto sea nos habemos de
detener algún tanto.
10a. Esta voz o sonoroso sonido de estos ríos
que aquí dice el alma, es un henchimiento tan abundante que la hinche de
bienes.
10b. Y un poder tan poderoso que la posee,
que no solo le parecen sonido de ríos, sino aún fortísimos truenos.
10c. Esta voz es voz espiritual y no trae
esos otros sonidos corporales ni la pena y molestia de ellos, sino grandeza,
fuerza, poder y deleite y gloria.
10d. Así es como una voz y sonido inmenso
interior que viste el alma de poder y fortaleza.
10e. Esta espiritual voz y sonido se hizo en
el espíritu de los apóstoles al tiempo que el Espíritu Santo, con vehemente
torrente, como se dice en los actos de los Apóstoles (2, 2), descendió sobre
ellos.
10f. Para dar a entender la espiritual voz
que interiormente les hacía, se oyó aquel sonido de fuera como de aire
vehemente, de manera que fuese oído de todos los que estaban dentro de Jerusalén.
10g. Por el cual se denotaba
el que dentro recibían los apóstoles, que era henchimiento de poder y
fortaleza.
10h. También cuando estaba el Señor Jesús
rogando al Padre en el aprieto y angustia que recibía de sus enemigos, según lo
dice san Juan, le vino una voz del cielo interior, confortándole según la
humanidad, cuyo sonido oyeron de fuera los judíos tan grave y vehemente, que
unos decían que se había hecho algún trueno, otros decían que le había hablado
un ángel del cielo.
10i. Juan 12, 28-29: “Padre, glorifica tu
nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado y volveré a
glorificarlo. La gente que estaba allí y lo oyó, decía que había sido un
trueno; otros decían que le había hablado un ángel”.
10j. Era que por aquella voz que se oía de
fuera se denotaba y daba a entender la fortaleza y poder que según la humanidad
a Cristo se le daba de dentro.
10k. No por eso de ha de entender que deja el
alma de recibir el sonido de la voz espiritual en el espíritu.
10l. Es de notar que la voz espiritual es el
efecto que ella hace en el alma.
10m. Así como la corporal imprime su sonido
en el oído y la inteligencia en el espíritu.
10n. Lo cual quiso dar a entender David cuando
dijo:
10ñ. Ecce dabit voci suae vocem virtutis.
10o. Mirad, que Dios dará a su voz voz de
virtud.
10p. Salmo 67, 34: “Que avanza por los
cielos, los cielos antiquísimos; que lanza su voz, su voz poderosa”.
10q. La cual virtud es la voz interior.
10r. Decir David dará a su voz de virtud, es
decir: a la voz exterior que se siente de fuera, dará voz de virtud que se
siente de dentro.
10s. Es de saber que Dios es voz infinita, y
comunicándose al alma en la manera dicha, hácele efecto de inmensa voz.
11a. Esta voz oyó san Juan en el Apocalipsis.
11b. Dice que la oz que oyó del cielo erat
tamquam vocem aquarum multarum et tamquan vocem tonitrui magnis.
11c. Juan 14, 2: La voz que oyó como voz de
muchas aguas y como voz de un grande trueno.
11d. Porque no se entienda que esta voz, por
ser tan grande, era penosa y áspera, añade luego, diciendo que esta misma voz
era suave, que erat sicut citharoedorum citharizantium in citharis suis.
11e. Juan 14, 2: Era como de muchos tañedores
que citarizaban en sus cítaras.
11f. Ezequiel dice que este sonido como de
muchas aguas era quasi sonum sublimis dei.
11g. Ezequiel 1, 24: Como sonido del Altísimo
Dios.
11h. Esto es, que altísima y suavísimamente
se comunicaba en él.
11i. Esta voz es infinita, porque es el mismo
Dios que se comunica haciendo voz en el alma, mas cíñese a cada alma.
11j. Dando voz de virtud según le cuadra
limitadamente, y hace gran deleite y grandeza al alma.
11k. Por eso dijo la esposa en los Cantares:
Sonet vox tua in auribus meis, voz enim tua dulcis.
11l. Cantar de los Cantares 2, 14: Suene tu
voz en mis oídos, porque es dulce tu voz.