Capítulo
13. En que se trata de la manera y modo que se ha de tener para entrar en esta
noche del sentido.
1a. El
alma ordinariamente entra en esta noche sensitiva en dos maneras: la una activa;
la otra pasiva.
1b.
Activa es lo que el alma puede hacer y hace su parte.
1c.
Pasiva es en que el alma no hace nada, sino Dios la obra en ella, y ella se ha
como paciente.
2. Estos
avisos que aquí se siguen de vencer los apetitos, aunque son breves y pocos, yo
entiendo que son tan provechosos y eficaces como compendiosos.
3.
Traiga un ordinario apetito de imitar a Cristo en todas sus cosas,
conformándose con su vida.
4a. Para
poder hacer bien esto, cualquiera gusto que se le ofreciere a los sentidos renúncielo
y quédese vacío de él por amor a Jesucristo.
4b. Jn 4,
34: Jesús les dice: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y llevar
a término su obra”.
4c. El
cual en esta vida no tuvo otro gusto, ni quiso, que hacer la voluntad de su
Padre, lo cual llamaba él su comida y manjar.
4c. Si
se le ofreciere gusto de oír cosas que no importen para el servicio y honra de
Dios, ni lo quiera gustar ni las quiera oír.
4d. Si
le diere gusto mirar cosas que no le ayuden a amar más a Dios, ni quisiera el
gusto ni mirar tales cosas.
4e. Y
si en el hablar haga lo mismo; y en todos los sentidos; porque si no pudiere,
basta que no quiera gustar de ello, aunque estas cosas pasen por él.
4d. De esta
manera ha de procurar dejar luego mortificados y vacíos de aquel gusto a los
sentidos, como a oscuras.
5. Para
mortificar y apaciguar las cuatro pasiones naturales que son gozo, esperanza,
temor y dolor, de cuya concordia, pacificación salen estos y los demás bienes,
es total remedio lo que sigue:
6a.
Procure siempre inclinarse: no a lo más fácil, sino a lo más dificultoso.
6b. No
a lo más sabroso, sino a lo más desabrido.
6c. No
a lo más gustoso, sino antes a lo que da menos gusto.
6d. No
a lo que es descanso, sino a lo trabajoso.
6e. No
a lo que es consuelo, sino antes al desconsuelo.
6f. No
a lo más, sino a lo menos.
6g. No
a lo alto y precioso, sino a lo más bajo y despreciado.
6h. No
a lo que querer algo, sino a no tener nada.
6i. No
a andar buscando lo mejor de las cosas temporales, sino lo peor.
6j. Y
desear entrar en toda desnudez y vacío y pobreza por Cristo de todo cuanto hay
en el mundo.
7.
Estas obras conviene las abrace de corazón y procure allanar la voluntad en
ellas.
8a.
Para mayor abundancia, diremos otra manera de ejercicio que enseña a mortificar
la concupiscencia de la carne y la concupiscencia de los ojos, y la soberbia e
la vida, que son las cosas que dice san Juan reinan en el mundo, de las cuales
proceden todos los demás vicios.
8b. 1
Jn 2, 16: Porque lo que hay en el mundo – la concupiscencia de la carne y la
concupiscencia de los ojos, y la arrogancia del dinero –, eso no procede del
Padre, sino que procede del mundo.
9a.
Procurar obrar en su desprecio y desear que todos lo hagan, (y esto es contra
la concupiscencia de la carne).
9b.
Procurar hablar de su desprecio y desear que todos lo hagan, ( y esto es contra
la concupiscencia de los ojos).
9c.
Procurar pensar bajamente de sí en su desprecio y desear que todos lo hagan,
(también contra sí, y esto contra la soberbia de la vida).
10. En
conclusión de estos avisos y reglas conviene poner aquí versos que se escriben
en la Subida del Monte, que es la figura que está al principio de este libro,
los cuales son doctrina para subir a él, que es lo alto de la unión.
11a.
Para venir a gustarlo todo, no quieras tener gusto en nada.
11b.
Para venir a poseerlo todo, no quieras poseer algo en nada.
11c.
Para venir a serlo todo, no quieras ser algo en nada.
11d.
Para venir a saberlo todo, no quieras saber algo en nada.
11e.
Para venir a lo que no gustas, has de ir por donde no gustas.
11f.
Para venir a lo que no sabes, has de venir por donde no sabes.
11g.
Para venir a lo que no posees, has de ir por donde no posees.
11h.
Para venir a lo que no eres, has de ir por donde no eres.
12a.
Cuando reparas algo, dejas de arrojarte al todo.
12b. Porque
para vencer del todo al todo has de negarte del todo en todo.
12c. Y
cuando lo vengas del todo a tener, has de tenerlo sin nada querer.
12d.
Porque, si quieres tener algo en todo, no tienes puro en Dios tu tesoro.
13a. En
esta desnudez, halla el espiritual su quietud y descanso, porque, no codiciando
nada, nada le fatiga hacia arriba y nada le oprime hacia abajo, porque está en
el centro de su humildad.
13.b.
Porque cuando algo codicia, en eso mismo se fatiga.