lunes, 18 de septiembre de 2023

Llama de amor viva. Canción 1, 14-15. El abrazo abismal del Padre.

 


14a. En decir el alma que la llama de amor hiere en su más profundo centro, es decir que cuando alcanza la sustancia, virtud y fuerza del alma, la hiere y embiste el Espíritu Santo.

14b. Lo cual dice, no porque quiera dar a entender aquí que sea ésta tan sustancial y enteramente como en la beatífica vista de Dios en la otra vida.

14c. Aunque el alma llegue en esta vida mortal a tan alto estado de perfección como aquí va hablando, no llega ni puede llegar a estado perfecto de gloria.

14d. Aunque por ventura por vía de paso acaezca hacerle Dios alguna merced semejante.

14e. Dícelo para dar a entender la copiosidad y abundancia de deleite y gloria que en esta manera de comunicación el el Espíritu Santo siente.

14f. El cual deleite es tanto mayor y más tierno, cuanto más fuerte y sustancialmente está transformada y reconcentrada en Dios.

14g. Por ser tanto como lo más que en esta vida se puede llegar – aunque como decimos, no tan perfecto como en la otra – lo llama el más profundo centro.

14h. Aunque el hábito de la caridad puede el alma tener en esta vida tan perfecto como en la otra, mas no la operación ni el fruto.

14i. Aunque el fruto y la operación de amor crecen tanto de punto en este estado, que es muy semejante al de la otra.

14j. Pareciéndole el alma ser así, osa decir lo que solamente se osa decir de la otra, es a saber: en el más profundo centro de mi alma.

15a. Porque las cosas raras y de que hay poca experiencia son más maravillosas y menos creíbles.

15b. Cual es lo que vamos diciendo del alma en este estado, no dudo sino que algunas personas, no lo entendiendo por ciencia ni sabiéndola por experiencia, o no lo creerán, o lo tendrán por demasía, o pensarán que no es tanto como ello es en sí.

15c. A todos estos yo respondo que:

15d. El padre de las lumbres (St 1, 17), cuya mano es abreviada[1] (Is 59, 1).

15e. Santiago 1, 17: “Todo buen regalo y todo don perfecto viene de arriba, procede del Padre de las luces, en el cual no hay ni alteración ni sombra de mutación”.

15f. Isaías 59, 1: “La mano del Señor no es tan débil que no puede salvar, ni su oído tan duro que no pueda oír”.

15g. Con abundancia se difunde, sin acepción de personas, doquiera que haya lugar, como el rayo del sol.

15h. Mostrándose también él a ellos en los caminos alegremente no duda ni tiene en poco tener sus deleites con los hijos de los hombres del mancomún en la redondez de las tierras (Pr 8, 31).

15i. Proverbios 8, 31: “Jugaba con la bola de la tierra, y mis delicias están con los hijos de los hombres”.

15j. No es de tener por increíble que a un alma ya examinada, purgada y probada en el fuego de las tribulaciones y trabajos y variedad de tentaciones, y hallada fiel en el amor, deje de cumplirse en esta fiel alma en esta vida lo que el Hijo de Dios prometió, conviene a saber:

15k. Jn 14, 23: Que si alguno le amase, vendrían la santísima Trinidad en él y moraría de asiento en él.

15l. Juan 14, 23: “Respondió Jesús y le dijo: El que me ama guardará mi palabra, y haremos morada en él.

15m. Lo cual es ilustrándole[2] el entendimiento divinamente en la sabiduría del hijo.

15n. Deleitándole la voluntad en el Espíritu santo.

15ñ. Absorbiéndola el Padre poderoso y fuertemente en el abrazo abisal[3] de su dulzura.

 



[1] Abreviada: parva, escasa. RAE.

[2] Ilustrar: Dar luz al entendimiento. Aclarar un punto o materia con palabras, imágenes o de otro modo. RAE.

[3] Abisal: Abismal (perteneciente a abismo). RAE.

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